Para hablar de tendencias en la industria de seguros debemos partir de los cambios en el consumidor, sobre todo en los últimos años donde la digitalización ha marcado pauta. Según una investigación reciente de EY, las prioridades de seguros de los consumidores han evolucionado abriendo puertas a oportunidades para involucrar a los clientes con nuevas propuestas de valor y competir en elementos más allá del precio:
Covid-19 ha exacerbado aún más la demanda de los consumidores, en el acceso a la información, la transparencia y la flexibilidad.
La conciencia del consumidor está aumentando en torno a la salud de su seguridad financiera. Los consumidores esperan confiar en las disposiciones de la ley y en las medidas de alivio financiero.
La preocupación n.° 1 entre todas las inquietudes es “mi bienestar financiero” y la protección familiar ante eventos inesperados.
Después de los dramáticos cambios de los últimos años, se ha demostrado que la industria está lista para desarrollos inesperados y cambios disruptivos. Tomando en cuenta los desafíos macroeconómicos, la feroz competencia y jugadores no tradicionales tanto insurtechs, como proveedores masivos de servicios.
También es inevitable el avance de las tecnologías digitales poniendo al sector de seguros tradicionalmente lento comparado con otras industrias, bajo mayor presión que nunca.
El auge del open banking y las finanzas abiertas, junto con los ecosistemas de soluciones financieras, hoy en día representan una de las tendencias más contundentes de los servicios financieros de esta década. Las ofertas de servicio y coberturas están reorientándose en torno a:
• Enfoque a experiencias personalizadas y de fácil acceso
• Ampliar la cobertura llegando a más clientes
• Gestión basada en datos
En los próximos años esperamos que los ecosistemas se conviertan en un modelo comercial predominante. Sabemos que esto no ha escapado de la agenda ejecutiva de las aseguradoras en Centroamérica, sin embargo aún requiere de inversiones y del soporte de reguladores motivados a cerrar la brechas con otras regiones más desarrolladas y generar más competencia en el mercado.
La era digital trae nuevas oportunidades para la industria aseguradora. Pixabay
Desafíos que representan nuevas oportunidades:
Apertura a nuevos ecosistemas
El nuevo panorama ofrece muchas oportunidades para simplificar la entrega de productos y facilitar la obtención de soluciones apalancado y implementando con capacidades de terceros, lo que ayudará a las aseguradoras a mejorar los costos de distribución y lograr más alcance en la población. El intercambio de datos con terceros también suma a la ecuación, para profundizar en el cliente, mejorar la experiencia y precisar los costos de cobertura.
La tecnología ha abierto paso a múltiples players en múltiples mercados, hay mucho más énfasis en llegar directamente al cliente final (B2C), y muchos proveedores masivos de servicios buscan diversificar el portafolio de valor incorporando atributos financieros y en muchos casos de protección. En los próximos años se intensificará este tipo de esquemas, representando un desafío para las aseguradoras incorporarse, crear alianzas y competir.
Bajo este enfoque, para las aseguradoras con visión de futuro, no hay escasez de potenciales competidores o nuevas asociaciones para explorar.
Profundización social e inclusión
De cara al futuro, estas tendencias pueden inspirar a las aseguradoras en su intento de liderar la transición hacia una estrategia que profundice a las bases de nuestra población; promueva el bienestar financiero y la inclusión; y proteger a la sociedad contra amenazas que hoy apenas podemos concebir.
Personalización e innovación
Las aseguradoras de hoy deben ofrecer una cartera más amplia de productos para que sigan siendo relevantes para los consumidores que buscan un alto grado de personalización. Las técnicas innovadoras de gestión de datos y la capacidad de establecer “fábricas” de productos son fundamentales para diseñar mejores productos y lanzarlos al mercado más rápidamente.
La innovación no se trata solo de productos, por supuesto. Los programas de transformación digital también pueden impulsar la innovación en los procesos administrativos (procesos de gestión de reclamaciones totalmente automatizados, etc.). También pueden permitir la innovación futura al eliminar las barreras tecnológicas.
Las aseguradoras pueden perder si no invierten más en innovación, aprenden a experimentar más y fallan más rápido. El cambio cultural y los diferentes conjuntos de habilidades son tan importantes como las actualizaciones tecnológicas. Se requiere un nuevo pensamiento, un propósito claro y una visión estratégica tanto como nuevos modelos de negocios.
La carrera por digitalizar o ser digital
Las transformaciones digitales más efectivas son aquellas que equilibran los resultados y el valor a corto plazo con la evolución a largo plazo. Se trata de que ambos ganen espacios y aguante para el maratón; moviéndose más rápido hoy para obtener ganancias rápidas, que apalanquen con implementaciones para ayudar a la organización a actuar con más agilidad en los objetivos más ambiciosos del mañana. Las aseguradoras deben cultivar capacidades claves que son necesarias para permitir y soportar la transformación digital en el tiempo.
Es así como, la velocidad de comercialización y la agilidad organizacional para implementar cambios son imperativas y medir las mejoras con modelos de ROI que autofinancien y hagan sostenible la visión de transformación a largo plazo.
Combinar estos elementos permite habilitar las capacidades para competir con éxito, ante las grandes presiones del mercado. En este sentido queremos fomentar el debate sobre estos temas, para traducir los desafíos en oportunidades.
De cara al futuro, estas tendencias pueden inspirar a las aseguradoras en su intento de liderar la transición hacia un mercado asegurador que profundice en las bases de la población; promueva el bienestar financiero y proteja a la sociedad contra amenazas que hoy apenas podemos concebir.
