Nuestra verdadera naturaleza es la abundancia

Puedes aprender a pensar en el dinero como el fruto de un árbol que da sus hojas como resultado inevitable de una potente actividad oculta




Sólo tenemos que ser conscientes de ella y eliminar todo pensamiento de limitación.

Todos sin excepción deseamos la felicidad y la prosperidad material, y por supuesto, cuando perdemos la salud o no la tenemos, deseamos tenerla también.

Cada vez que se acerca una persona a sesión o incluso, cuando las empresas deciden contratar servicios de coaching o consultoría, lo hacen para mejorar ciertos aspectos de la vida de las personas o de los grupos. Eso implica, sentirse mejor, por lo tanto trabajar mejor y lograr mejores resultados. ¿Ves? Todos desean lo mismo!

Algo que aprendí, cuando salí de la relación de dependencia laboral, y gracias a leer algunos libros de esos que te permiten pensar fuera de la caja, fue que había aprendido mal. Estaba viviendo la llamada “carrera de la rata”, del libro de Robert Kiyosaki que les recomiendo leer llamado “Padre Rico, Padre Pobre”.

Había vivido con el mensaje de “hay que romperse para lograr cosas” o “no pain no gain” que significa: “sin pena no hay ganancia”.

He participado de muchas reuniones en donde hablar de la lista de cosas que tienes que hacer suma puntos y está muy bien visto. No había aprendido a ser eficiente hasta ese momento, y que menos es más muchas veces. O aplicar las reglas del 80/20. Que ya les contaré por aquí en algún otro artículo. El resultado era bueno, no me quejo, pero a costa muchas veces de sacrificar familia, salidas o incluso mi salud. Ese fue mi límite.

Tuve la suerte de hacerme algunas buenas preguntas cuando fui mamá por primera vez, me encontraba trabajando como Gerente de Proyectos de Implementación de Sistemas para una de las firmas TOP 5 del mundo, era mamá de un bebé al que veía a la tardecita cuando llegaba, y lo que hacía, si bien me gustaba, no era mi pasión, algo me faltaba ahí.

Para responderme esas preguntas inicié un proceso de aprendizaje y cambio, no solo comencé a tomar sesiones de terapia y coaching ejecutivo, sino que luego comencé a estudiar cosas que nada tenían que ver con mis estudios anteriores.

Las preguntas que pude responderme, y que hoy ayudo a responder son las siguientes:

¿Qué más hay para hacer en este mundo?

¿Vine al mundo solo para estudiar, hacer una carrera, dinero, armar una familia y listo?

¿Habrá algo más para mi?

¿Cómo hago para lograr mis sueños?

¿Cuáles son mis sueños?

Hace cuántos años que trabajo en lo mismo, ¿estoy a tiempo de cambiar?

¿Puedo dar un giro a mi vida?

¿Cómo?

¿Te hiciste alguna vez estas preguntas? Puede que si, puede que no, y no necesites hacértelas tampoco. No todos tenemos las mismas necesidades.

La forma de generar abundancia en nuestra vida es conectando la mente consciente con la inconsciente con el universo.

Todos en mayor medida hemos experimentado en nuestra vida efímeros momentos de felicidad, como producto de obtener algo que queríamos. Su duración, la del estado de felicidad, posiblemente fue corto, ese estado anímico se fue apagando, para dejar paso al descontento, al estrés, al dolor y al aburrimiento.

Hay dos tipos de felicidad

- El más común, es esa intensa y bella sensación que experimentamos al colmar algún deseo largamente esperado, al satisfacer alguna necesidad o alguna carencia, al cesar algún dolor físico o anímico, al reunirnos con la persona amada después de cierta ausencia, al recibir el reconocimiento por nuestro trabajo, al resolver un problema, al lograr una meta. Esta felicidad suele ser de muy corta duración, y rápidamente se va difuminando, hasta desaparecer casi por completo. Todos hemos deseado algo durante mucho tiempo, quizás meses o incluso años, ya sea algo material, la finalización de los estudios, la aceptación de la persona amada o un ascenso en el trabajo. Nos imaginábamos que una vez conseguido el objeto de nuestros deseos la vida sería ya para siempre diferente; sin embargo, tras la euforia de los primeros momentos, muy pronto solemos desencantarnos.

- Hay otro tipo de felicidad. La que es un estado mental permanente. Un modo de afrontar la vida que nos hace disfrutar de cada instante, de cada segundo de nuestra existencia. Una permanente sensación interior de paz, de tranquilidad y de bienaventuranza. Es la compresión profunda de la realidad, más allá de las apariencias. Es la sabiduría en su máxima expresión. Esta es la felicidad que todos, antes o después, llegamos un día a considerar como el objetivo de nuestras vidas. Y es la que practican algunas culturas orientales.

Voy a dejarte hoy algunas preguntas para que puedas responderte y así continuar con este descubrir de cómo ser abundantes, cómo fluir con eso, sin rompernos en el camino.

¿Quién crees que es la fuente de todo lo bueno?

¿Tienes algún tipo de aversión hacia la abundancia?

¿Te repugna la idea de ser rico/a?

¿Crees que no es posible lograr la relación perfecta, tener el puesto ideal, o lograr algún loco sueño?

¿Crees que solo quienes tienen dinero o belleza pueden lograr ciertas cosas?

En función a tus respuestas será urgente que revises tu sistema de creencias acerca de ellas.

Por ejemplo: puedes aprender a pensar en el dinero como el fruto de un árbol que da sus hojas como resultado inevitable de una potente actividad oculta. Sin desesperarte por la salida de esa hoja, sino más bien por elegir la tierra en donde sembrarás la semilla, en regar ese árbol, cuidarlo y tan solo esas hojas aparecerán cuando sea el momento.

Recuerda que el dinero es la materialización de la energía viva y amorosa de la Divinidad y que, cuanto mayor sea tu realización y expresión del amor, más fácilmente te llegará todo cuanto necesites para seguir adelante con tu trabajo.

Si vas detrás de los resultados, posiblemente ellos se escapen de ti. Si te comprometes con el proceso de creación, con todo tu ser, tu mente, cuerpo, espíritu y energía enfocada, el resultado vendrá indefectiblemente.

Este tema da para largo, seguiré hablando de abundancia en otros artículos. Mientras comienza a practicar la conexión contigo, a conocerte, a lograr confianza y a desplegar todo tu potencial.

Buena semana! Espero que respondas las preguntas!



Paula Cabalen

Estratega de negocios, CEO de Consultophy y embajadora Cambridge Business Association Points of You Caountry Leader
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