La igualdad de género, un motor de la recuperación de Panamá

Trabajar para garantizar la igualdad es una gran inversión. Está demostrado el valor de la mujer en el impulso del emprendimiento. Imagen de Sasin Tipchai en Pixabay




¿Queremos recuperación? Panamá debe trabajar en cerrar las brechas como una inversión que dará rentabilidad social y económica hacia el crecimiento del país.

La brecha de género es un problema histórico que tiene raíces de distinto índole. Hemos leído mucho sobre las diferencias de género en relación con la garantía de derechos políticos, económicos y sociales y como esas diferencias han generado desigualdad, inequidad, injusticia y abuso en temas que van desde paridad salarial, crecimiento profesional, acceso a capacitación, representatividad en cargos de dirección públicos y privados, hasta división de carga familiar, violencia doméstica, acceso a salud o a la tecnología.

Esta brecha ha sido incrementada por los efectos de la pandemia y se debe trabajar de manera focalizada y articulada para cerrarla si se quiere recuperar la ruta del desarrollo.

La CEPAL en su estudio: “La autonomía económica de las mujeres en la recuperación sostenible y con igualdad” establece que la crisis derivada de la pandemia generó un retroceso de más de 10 años en la participación de las mujeres en el mercado laboral, debido a la desocupación y precarización que trajo como consecuencia la contracción económica. Tanto el estudio de la CEPAL como el del Banco Interamericano de Desarrollo: “Brechas de género en tiempos de la COVID-19”, demuestran que la afectación desproporcionada del desempleo e ingreso de mujeres, se debe en gran medida a que están sobrerrepresentadas en los sectores más afectados como servicios, educación, entretenimiento, comercio, trabajo doméstico y turismo.

Hay otros problemas que existían pre-pandemia, se agravaron y no podemos dejar de atender como lo son la disparidad salarial, desigualdad en la distribución de tareas domésticas, la precariedad en acceso a servicios de salud y educación y la violencia doméstica.

En este sentido, tanto sector público como sector privado coincide en el valor de la igualdad para el desarrollo y crecimiento. Un estudio del BID Invest demuestra que las empresas con mayor representación femenina registraron un 47% mayor margen de ganancias. Paralelo es conocido que este tipo de empresas, tienen culturas más inclusivas y diversas que mejoran la toma de decisiones, y este tipo de gestión es valorada por sus colaboradores elevando el sentido de pertenencia.

Algunos avances visibles los encontramos en nombramientos cada vez más frecuentes de mujeres en cargos relevantes en sector público y privado, nacional e internacional, de los cuales podemos mencionar algunos ejemplos y seguro al leerlos recordarán muchos más: Ngozi Okonjo-Iweala, Presidenta de la Organización Mundial del Comercio (OMC); Kristalina Georgieva, Directora del FMI; Paula Santilli, CEO de Pepsico Latam; Ilya de Marotta, Subadministradora del Canal de Panamá; Michelle Muschett, Senior Strategy & Policy Advisor 4th Sector Group; María Carreira y Gabrielle Britton, editoras asociada en el Journal of Alzheimer’s Disease para el 2021.

Trabajar para garantizar la igualdad es una gran inversión. Está demostrado el valor de la mujer en el impulso del emprendimiento, en la atención creativa de necesidades familiares, en el autocontrol y priorización del gasto, en la capacidad de adaptación para la atención de la escolaridad virtual, en el manejo de la tecnología tanto para temas familiares como para el sano esparcimiento.

En este mismo orden de ideas, diferentes estudios demuestran que el valor de la diversidad en la toma de decisiones, y las competencias de las mujeres en eficacia en la gestión de la crisis, la rapidez en la toma de decisiones, la claridad y transparencia en las explicaciones, el uso de tecnologías y la empatía en la comunicación.

Al estar frente a una crisis económica mundial y teniendo la consciencia del valor de la igualdad de género en la generación de progreso y bienestar, es fundamental que tanto gobiernos como tercer, cuarto sector y empresa privada tomen acciones claras, concretas y contundentes. La definición de políticas públicas y el impulso de gestiones empresariales con perspectiva de género no sólo permite restituir y reivindicar derechos, que sería lo básico, sino que generan valor para la reconstrucción del tejido social y para el fortalecimiento de las empresas.

Paulina Rodríguez Werner

Consultora en estrategia y comunicación de Komunika Latam y miembro de la Junta Directiva de Sistema B Centroamérica y Caribe.
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