La confianza, desde mi punto de vista, es uno de los valores indispensables en cualquier relación, comenzando por la confianza en mi misma, y siguiendo por la confianza en las relaciones, personales y laborales.
Construir una imagen que sea coherente entre lo que pienso, hablo y hago es el principal desafío.
En mi caso se cumple el dicho que dice: Confía, hasta que te demuestren lo contrario.
Muchas veces confié en las personas equivocadas, y eso hizo un efecto negativo en mi autoestima, ya que en esos momentos llegué a dudar de mi. ¿Te ha pasado? Lo cierto es que elegía mal, tal vez por falta de autoestima, por falsas creencias o por similitudes de esas personas respecto a lo que me resultaba familiar, es decir, repetición de patrones familiares.
A medida que trabajé mi autoestima y mi propio autoliderazgo, no solo confié cada vez más en mi, sino que también en mis decisiones, aunque me equivocara en el camino, ya que el fracaso es parte de la vida. Pero no me sentía menos por haber confiado, pensaba: ellos me pierden! Y yo sigo aprendiendo!
Con el tiempo me fui dando cuenta de que tenemos frente a nosotros la verdad, solo que a veces las adornamos porque nos cuesta ver lo objetivo.
Hace un tiempo, una persona me invitó a ser parte de un negocio, resulta que esa persona estaba construyendo ese negocio a costa de sacarle parte del negocio a otra organización, observé la propuesta, era tentadora en términos económicos, sociales, de marca, etc… Pero frente a mi, tenía un claro ejemplo de algo que más tarde podría pasar conmigo también. Muchos años atrás, no lo hubiera visto, habría entrado como una ingenua. Al poder correr los adornos que usó mi interlocutor para venderme esa idea, pude ver lo que hay detrás de esa propuesta. Algo que se le robó a otro.
Pude correrme y decir, de esta agua no he de beber.
Y así tendría muchos ejemplos, de los míos propios y de los que veo con mis clientes.
Hasta aquí, lo que quiero transmitirte es que la confianza, primero nace en nuestra propia coherencia interna y en nuestros valores.
“La mejor manera de averiguar si se puede confiar en alguien es confiar en ellos” Ernest Hemingwey
No voy a desistir de esto, creo que así construimos también nuestra confianza, a través de confiar, y de fracasar en la confianza. Para no volver a repetir.
Para ello es importante cuidar tus valores, ética y principios y no dejar de lado ningún punto de los que te voy a proponer a continuación, trabajando así para establecer una relación a largo plazo, basada en la confianza y el respeto mutuo.
Y aplicado a las empresas: sin confianza no hay ventas y sin ventas, no hay negocio.
¿Qué tener en cuenta para generar y mantener relaciones de confianza?
- Mantén comunicación fluida y constante. Cuanto más sincera la comunicación es mejor. Muchas veces programamos algo que por las idas y venidas de la vida no se va dando como lo pensamos, en ese caso es bueno comunicar, qué está pasando en el proceso!
- Sé honesto. No mientas. Habla con el corazón, y la cabeza, nunca falla. Aprende a decir que “no” con un “si”. Por ejemplo, me encanta la idea de vernos, pero estoy en una época de mucho trabajo, ¿qué tal si nos hablamos en un mes para agendar el encuentro?
- Sé solidario/a: comparte objetivos, estrategias, valores y agenda, les ayudará a conocerte y saber en qué andas, qué te gustaría hacer y como puedes ayudar a otras personas.
- Comparte información. ¿Para que quieres quedarte con lo que aprendes y sabes? Nunca sabes a quien estas inspirando además.
- Cumple tu palabra y tus promesas: sé consciente y consecuente con lo que dices y cúmplelo, pues de ello depende tu reputación. Si no pudieras, habla con cada persona implicada, explícaselo y compénsala en caso de ser necesario.
- Trabaja con los obstáculos: facilitando así el trabajo en situaciones complejas.
- Sé ético/a: hacer las cosas de la manera correcta, incluso en los momentos o en las decisiones más complicadas, genera respeto y confianza en tu integridad.
- Sé agradecido/a. Jamás te olvides de quienes han sido parte de tu camino. Es muy común ver que las personas una vez que tomaron lo que necesitaban, sigan adelante sin reconocer que ellos son quienes son gracias a otras personas también. La gratitud abre puertas, y te convierte en un receptor de abundancia.
- Preocúpate por los demás: Demuestra sensibilidad y atención a otras personas. Todas las personas quieren ser vistas y reconocidas.
- Vé el vaso medio lleno. No castigues errores, ellos existen, son parte del camino. Pregúntate, ¿qué debo aprender? ¿Cuál es la bendición detrás de este aprendizaje?
- Capacítate y entrena a otros: Demuestra a la gente que confías en ellos. Guíalas y ayúdalas a encontrar su camino. Enséñales a «volar» libres y realiza seguimientos y feedback para mejorar los procesos. Apoya su crecimiento.
- Sé vulnerable. Conoce y acepta tus errores, eso te libera y te hace grande ante la otra persona también.
- Exprésate, comunica lo que sientes: Decir, esta situación me tiene incómoda, o triste o me enoja, ayuda a que las personas empaticen contigo, y te ayuda a ti a empatizar también con otros en vez de poner distancia.
- Establece relaciones a largo plazo: La confianza necesita de constancia y tiempo para evolucionar y florecer.
Una relación de confianza puede llevar años afianzarla, pero puede perderse en un momento. Y una vez que se pierde la confianza ganada resulta prácticamente imposible volver a recuperarla.
Te dejo unos tips para autoevaluarte
Pregúntate:
¿Qué haces?
¿Qué dices?
¿Cómo haces lo que haces?
¿Coincide con lo que dices y piensas?
O eres de confianza o no lo eres. No hay punto medio para la confianza.
Para ello es necesario que toda la información que transmitimos a través de los factores de evaluación, sea coherente entre sí. El resultado, te dará paz y mejores relaciones.
Te propongo hacer la prueba!
