El reto de lograr empleos sostenibles en Panamá

Preocupa la gran cantidad de población en informalidad y la falta de generación de empleo sostenible.




De acuerdo a cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC), entre agosto 2012 y abril 2022, la población en edad productiva (mayor de 15 años) aumentó en 632,940 personas, de las cuales 360,125 (59%) buscaron trabajo (aumento de la Población Económicamente Activa, PEA).

Sin embargo, en ese lapso el número de trabajadores asalariados del sector privado se redujo en 59,252 unidades, al tiempo que se generaron 249,633 nuevos informales. Es decir, por cada empleo formal privado que se perdió se generaron 4 nuevos empleos informales, mientras que de cada 5 nuevos empleos que se agregaron a la economía, 4 fueron informales y el otro fue en el Gobierno.

Se perdieron 10 años de generación de empleo formal en la empresa privada, evidenciando una sistemática precarización y estatización del empleo, agravada por la pandemia y producto del deterioro de la confianza en el clima para la inversión privada en el país.

Este fenómeno es particularmente agudo en sectores que históricamente representaron grandes volúmenes de plazas laborales. Por ejemplo, el aumento del empleo informal relativo al incremento total del empleo en esa década, en 5 sectores que representan el 47% de los trabajadores del país fue el siguiente: Construcción 406%, Comercio 123%, Logística 115%, Industria 99%, Turismo 99%. Promedio 5 sectores: 99%

Es decir que prácticamente todos nuevos empleos generados en estos 5 sectores, que aportan casi la mitad de las plazas laborales del país, fueron informales, claro indicio de incertidumbre y consecuentemente limitada inversión privada en esas actividades.

La tendencia se está acentuando. A pesar de los nombramientos en el Gobierno, entre enero y julio 2022 Mitradel tramitó 42% menos nuevos contratos laborales que los procesados en el mismo período del 2019, año en el que se tramitaron 378,495 nuevos contratos, pero sólo se agregaron 52,040 empleos a la economía, todos informales. Como referencia, entre octubre 2021 y abril 2022, se sumaron 60.047 nuevos informales.

El más reciente informe laboral del INEC, confirma que la precarización se está acelerando en el 2022, inclusive antes de las protestas de julio. En números redondos, entre octubre 2021 y abril 2022 se generaron unos 109 mil empleos, 60 mil de ellos informales, 11 mil de funcionarios y aproximadamente 38 mil empleos asalariados privados.

Según registros de Mitradel, 80% de los nuevos contratos laborales en el 2022 son definidos y por obra terminada, por lo que sólo unos 7,600 serían indefinidos, versus 60,047 informales. En otras palabras, por cada empleo formal privado que se crea, se generan 8 nuevos informales.

Si bien hemos superado el período de contracción del empleo formal privado, para entrar en una etapa expansiva, ésta ocurre en una proporción muy baja relativa al crecimiento del empleo informal. Este patrón es cónsono con el alto nivel de incertidumbre que vive el país.

El deterioro del clima para la inversión privada es el principal causante de la pérdida de capacidad de la economía panameña para generar empleo formal sostenible, fenómeno agravado por la pandemia y la actual crisis social. El Gobierno ha venido interviniendo a través de subsidios y nombramientos en la planilla estatal, financiados con préstamos, lo cual no es sostenible.

En este contexto, la crisis laboral que enfrenta el país no es de empleo, sino de confianza. Sin embargo, se están enviando mensajes contradictorios a la comunidad inversionista internacional. Por un lado, el Gobierno adelanta iniciativas para atraer la Inversión Extranjera Directa (IED), como las Leyes SEM y EMMA, Propanama, y otras.

Pero estos esfuerzos se ven empañados por incoherencias como (sólo por mencionar algunas) la fijación arbitraria de márgenes de ganancia/control de precios por parte del Gobierno, y la aceptación de una Demanda de Inconstitucionalidad contra el Artículo 13 de la Ley SEM, relativa a incentivos fiscales por citar algunos casos.

El deterioro de la confianza en el clima de inversiones y la sistemática satanización de la iniciativa privada en el país han alimentado a la peor amenaza que hoy enfrenta la Caja del Seguro Social (CSS), la precarización del empleo. El capital y el trabajo no son enemigos. Sin empleadores no hay empleados que coticen a la CSS. Y sin cotizantes, la CSS no existe. Urge transmitir confianza de que invertir en Panamá es buen negocio, piedra angular de la generación empleos dignos.