El PIB no se come

La inflación y el alza de las tasas de interés presiona el presupuesto de las familias que tienen bajos recursos. Elysée Fernández




Al analizar la economía, nos hemos acostumbrado a usar el producto interno bruto (PIB) como indicador estándar del “tamaño” de la economía, no del bienestar.

Hay una frase popular que dice “el PIB no se come”. Y es que titulares rimbombantes como “Panamá liderará el crecimiento económico de América Latina”, pueden sonar extraño e inverosímil para quienes no tienen empleo, están sumergidos en el subempleo o no pueden cubrir sus gastos mensuales.

En efecto, Panamá sería el país que más crezca en la región durante el 2023 si analizamos el crecimiento del PIB. Probablemente entre 4% y 5%.

República Dominicana no se queda atrás. Sin embargo, la población panameña parecería no sentirse beneficiada de ese crecimiento, con necesidades sociales notoriamente desatendidas en educación, salud, seguridad ciudadana, falta de agua potable, entre otras.

Existe un concepto distinto del PIB que es el “sentimiento económico”, coloquialmente podemos decir que este se eleva cuando las personas perciben mayor demanda laboral, oportunidades de negocio y mejora la capacidad adquisitiva. En épocas de bonanza sube y se reduce en épocas de desaceleración económica o recesión.

En mi opinión, el “sentimiento económico” en el 2023 se reducirá en Panamá principalmente por tres factores: inflación, aumento de tasas de interés y postergación de inversiones.

Con respecto a la inflación, lamentablemente continuará (a una tasa menor) y afectará el “sentimiento económico”.

La inflación oficial fue de 2.9% en 2022; sin embargo, está fuertemente influenciada a la baja por el control de precios de los principales alimentos que conforman la canasta básica de consumo y que no serían representativos.

En épocas inflacionarias, los productos con precios congelados son los que menos se venden (por escasez). Basta cruzar la información del incremento anual del IPC (Índice de Precios al Consumidor) con el IPCM (Índice de Precios al Consumidor Mayorista) para notar la diferencia. En este último caso la variación es 9.4% (a noviembre 2022, según cifras oficiales) y refleja el incremento de precios para los comercios mayoristas.

Evidentemente, ellos trasladan a los consumidores minoristas ese incremento, por lo que -en términos generales- el sentir inflacionario sería diferente del 2.9% que indican las cifras oficiales.

Con respecto a las tasas de interés, se trata de una tendencia mundial. Ellas suben como consecuencia de que –para combatir la inflación- en el mundo (principalmente en Estados Unidos) se está retirando liquidez de los sistemas financieros. Menor liquidez implica mayor costo de la misma (por ley de oferta y demanda).

La tasa de referencia Reserva Federal de Estados Unidos (FED) ha subido de 0.25% a 4.5% en menos de un año y, en mi opinión, seguirá subiendo.

Al subir las tasas de interés, las cuotas mensuales que se pagan a los bancos también suben. Eso afecta el presupuesto de cualquier familia, porque para pagarle más a los bancos tiene que reducir otro tipo de gastos, afectando negativamente el “sentimiento económico”.

Finalmente, no olvidemos que 2023 es un año pre-electoral en Panamá. En un contexto de incertidumbre, las inversiones se postergan hasta después de las elecciones y ello afecta el empleo.

Esta situación también repercutirá negativamente en el “sentimiento económico”, que se hará evidente para el “panameño de a pie” no solo cuando tenga que pagar cuentas, sino cuando tenga que buscar empleo u oportunidades de negocio.

Mis recomendaciones ante un escenario que se proyecta como más retador que el año anterior, son:

1. Priorice gastos y reduzca los que son menos necesarios.

2. Evite tomar deuda, salvo que sea estrictamente necesario.

3. Reestructure su deuda bancaria, consolidando obligaciones, reduciendo cuota y aumentando el plazo de la obligación.

4. Busque nuevas formas de generar ingresos. Es sorprendente la cantidad de habilidades desaprovechadas que tenemos las personas (y oportunidades en las organizaciones).

5. Busque cómo ser más productivo. Menos ocio y entretenimiento puede ir de la mano con más autoaprendizajes y eficiencia.

Estas son recomendaciones que considero válidas para gobierno, empresas y familias.

Ernesto Bazán

El autor es Presidente en la Calificadora de Riesgo EB Ratings.
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