De la incertidumbre a la acción

Debemos desarrollar es nuestra capacidad de resiliencia y de adaptabilidad a situaciones ambiguas e inciertas.




La duda, la inseguridad, el desconocimiento, la indecisión, el riesgo, la incertidumbre forman parte de la vida, es inevitable querer huir de ella, todos queremos certezas, o al menos saber que las cosas durarán un tiempo de cierta manera. Podemos tratar de aumentar el control pero lograr la certeza completa, el riesgo cero, el control absoluto, es imposible.

Vivir es asumir riesgos, el riesgo de morir, de perder a un ser querido, de enfermar, de tener un accidente, de que te despidan del trabajo, de que discutas con un amigo…, y un aprendizaje fundamental que tenemos que realizar es el de saber convivir y tolerar (aún a pesar de no gustarnos), la incertidumbre y convivir con situaciones que no podemos controlar. No se trata tampoco de pasarnos al otro extremo, al de las personas despreocupadas que no analizan qué hacer, cuándo ni dónde. Lograr un punto de equilibrio suena a lo más apropiado.

Vivimos en una sociedad que suele comunicar, que si nos anticipamos, planificamos, somos previsores, nos esforzamos, controlamos, podremos conseguir lo que nos propongamos y escapar de cosas no deseadas o negativas.

Sin embargo, desde la pandemia, las guerras, los cambios climáticos y los económicos y sociales nos han demostrado y nos siguen demostrando, que algo que debemos desarrollar es nuestra capacidad de resiliencia y de adaptabilidad a situaciones ambiguas e inciertas.

Las empresas suelen utilizar el marco VUCA para desarrollar planes estratégicos que se adapten a circunstancias cambiantes. Por otro lado, las empresas suelen utilizar el marco BANI para identificar tendencias emergentes y oportunidades de innovación.

¿Qué es un entorno VUCA?

Es un acrónimo que simula ser un reflejo de la realidad actual, sobre todo aplicado al entorno empresarial, y hace referencia a los términos en inglés: Volatility, Uncertainty, Complexity and Ambiguity.

Volatilidad: es la velocidad a la que se puede producir una gran cantidad de cambios.

Incertidumbre: se refiere a la limitada capacidad de predecir lo que puede pasar en un futuro.

Complejidad: se trata de la dificultad para comprender el contexto.

Ambigüedad: es aquella falta de claridad para entender el entorno, lo cual conlleva a la incertidumbre.

¿Qué es un entorno BANI?

Es un acrónimo que refiere a la fragilidad, la ansiedad, la impredecibilidad y la dificultad de comprensión del entorno. Es importante tener en cuenta que estos conceptos son solo una forma de entender y abordar los desafíos y oportunidades que enfrentan las organizaciones en un mundo cada vez más cambiante.

¿Qué puede ayudarnos, entonces, a convivir con la incertidumbre y hacernos más capaces de tolerarla?

Algunos puntos que pueden resultar muy interesantes:

· No huir de la incertidumbre.

Los seres humanos necesitamos tener respuestas para todo, y hasta a veces preferimos una respuesta dolorosa a una incierta. Cada vez que surja la incertidumbre recuerda que todavía no sabemos lo que va a pasar así que no tiene sentido convencernos ni de que todo va a ir mal ni de que todo va a ir bien, “no sabemos qué va a pasar” y que mientras no haya ninguna certeza, no tiene sentido suponer nada en ninguna dirección.

· Activar el modo “Ocupación” en vez de “Pre-ocupación”

Puedes elegir entre dedicar tiempo a anticipar resultados negativos, gastando energía en forma inútil, porque hasta que no llegue el momento no sabes qué va a pasar y así decidir qué te conviene hacer. Entonces, mantente en el “aquí y ahora”, que es lo único que puedes hacer en este momento y continúa trabajando o buscando alternativas dentro de las cuales puedas moverte.

· Hacer más preguntas: ¿qué tal si…?

Existe una gran tendencia a anticipar el futuro, sobre todo lo potencialmente negativo, para intentar evitarlo pero no olvidemos que por cada “¿y si sí?”, existe un “¿y si no?” posible. Ponernos en lo malo anticipadamente no va a evitar sufrimiento si finalmente nuestros peores temores se cumplen, y si no sucede lo temido, habremos sufrido inútilmente.

· Cuidar nuestro bienestar mientras tanto.

Existen recursos que pueden ayudarte a convivir con la incertidumbre, la cual puede ser muy incómoda, y  por lo tanto, aumentar nuestra tolerancia a la misma. Pregúntate: ¿qué puede ayudarte en este momento? Hacer actividades que te distraigan, buscar apoyo psicológico o social, hacer ejercicios de relajación, meditación, hacer deporte.

· Suelta el control de lo que no puedes controlar.

Nadie puede garantizarnos que siempre vamos a estar bien, para ello deberíamos casi ni salir de casa. Hay riesgos que vale asumir porque quizá el que no se arriesga, no pierde pero, ¿podría ganar? Intentar controlar todos los frentes en un tema nos lleva a la angustia y a percibir que siempre queda algo que se escapa a nuestro manejo a pesar de todos nuestros esfuerzos.

· Accionar

Deja de procastinar y ponte en acción. Sal de modo víctima, queja y de la pregunta: ¿por qué a mi? Para pasar a ¿qué puedo hacer aquí?.

· Soltar las expectativas y vivir.

Vale soñar, disfrutar del camino y soltar el resultado esperado, la vida puede sorprendernos. No hay forma de adivinar el futuro, salvo que decidamos hacer nada, en ese caso el futuro puede predecirse.

Vivir es arriesgarse y no hay aventura que más merezca la pena que vivir plenamente.

No te distraigas de tus sueños y metas!

Paula Cabalen

Estratega de negocios, CEO de Consultophy y embajadora Cambridge Business Association Points of You Caountry Leader
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