Cuando cambiar nos da miedo

La arrogancia puede ser una de las mayores limitantes para el crecimiento




¿Cómo darnos cuenta cuando tenemos miedo al cambio y qué tipo de máscara estamos utilizando?

El miedo tiene muchas formas de expresarse, algunas formas pueden ser la de frenarnos y hacer que no hagamos algo, porque no nos sentimos seguros, por creencias que limitan nuestro movimiento y otra forma de miedo puede ser la arrogancia.

La Arrogancia es una de las tantas máscaras de que podemos usar cuando tenemos miedo al cambio. La persona arrogante se muestra segura de si misma en la superficie, y no suele hacer demasiada autocrítica sobre si misma, incluso hasta pone cierta distancia respecto a otras personas, puede parecernos que sabe mucho y de todo. Sin embargo, esa distancia es pura protección.

La arrogancia puede ser una de las mayores limitantes para el crecimiento, ya que se cree que no hay nada nuevo que aprender, entonces, ¿cómo te harías nuevas preguntas que te saquen del la zona en la cual estás?

Hay un cuento que me encanta y que quisiera compartirte dado que refleja muy bien lo que significa:

El Primer Ministro de la Dinastía Tang fue un héroe nacional por su éxito como líder político y líder militar. Sin embargo, a pesar de su fama, poder y riqueza, se consideraba un budista humilde y devoto. A menudo visitaba a su Zen favorito maestro para estudiar con él, y parecían llevarse muy bien.

El hecho de que él fuera el primer ministro aparentemente no tuvo ningún efecto en su relación, que parecía ser simplemente una de un maestro venerado y respetuoso estudiante.

Un día, durante su visita habitual, el Primer Ministro preguntó al maestro, “Su Reverencia, ¿qué es la arrogancia según el budismo?”. El rostro del maestro se puso rojo, y de una manera muy condescendiente e insultante tono de voz, respondió: “¿¡Qué clase de pregunta estúpida es esa!?”

Esta respuesta inesperada conmocionó tanto al Primer Ministro que se puso hosco y enojado. El maestro zen luego sonrió y dijo: “Eso, Su Excelencia, es arrogancia”

Te dejo las siguientes preguntas para reflexionar hoy:

¿Qué es la arrogancia para vos?

¿Cuánta humildad hay en tu vida?

¿Cuál es la línea imaginaria entre confianza y arrogancia?

¿Puede ser positiva la arrogancia? ¿En qué casos?

Robert Kiyosaki, autor del famoso libro Padre Rico, Padre Pobre, define a la Arrogancia como Ego más ignorancia.

Esa cualidad desde mi punto de vista, es la que nos estanca. Tal vez sirva en algún momento de la vida, pero si lo que queremos es conocernos, trabajar nuestra autoestima y crecer, es bueno echarle algo de luz.

¿Escuchaste hablar de la Zona de Confort? En lo personal me gusta llamarla la Zona Conocida, ya que muchas veces de confortable no tiene nada, pero las personas seguimos en esa zona por comodidad, por el tipo de diálogo que tenemos con nosotros mismos. Lo que sucede en la zona se mantiene hasta que el “malestar” deja de ser “soportable”.

Algunos ejemplos de esos diálogos pueden ser: “Si, tengo que bajar unos quilos, pero ya voy a comenzar. A mi edad es más difícil.” O, “voy a hacerlo cuando…” y se ponen condicionantes.

Para salir de la zona de confort y pasar a la de aprendizaje es importante aprender, para así luego pasar incluso a la de transformación, la llamada en el gráfico “Zona Mágica”.

¿En dónde te encuentras hoy? Te invito a marcarlo en el gráfico:

Cuando cambiar nos da miedo


Entonces se sigue estando en la zona, ya que para salir de ella se requiere de:

  • Darse cuenta, para ello hay que conocerse

  • Detectar una real necesidad de cambio, muchas veces se hace más simple detectar qué hay algo que incomoda para ponerse en marcha

  • Tomar la decisión de hacer el cambio

  • Poner metas y objetivos de corto y largo plazo

  • Detectar creencias limitantes, aquellas que aprendimos y de las que no somos conscientes, para esto te recomiendo que busques ayuda.

  • Detectar creencias potenciadoras, puede que no las tengas innatas pero las incorpores y comiences a hablarte de esa forma, para este tipo la ayuda de un coach es genial.

  • Pasar a la acción. Iniciar acciones concretas y repetirlas. Hasta que tu mente y cuerpo se acostumbren y lo incorporen como hábito.

  • Motivación. Ser automotivadores y buscar refuerzos positivos de esa motivación. Algo que te recuerde la importancia de eso que iniciaste y lo que vas a obtener cuando lo logres.

  • Autoevaluar cómo venís con el proceso.

Una vez que se puede reconocer que no somos perfectos, sino perfectamente imperfectos, podemos mirarnos y darnos cuenta de que siempre hay algo para hacer, cambiar y mejorar.

Y tomar esto como algo que es parte de vivir.

Escuché decir una vez a Deepack Chopra, que si dejáramos de aprender, estaríamos muertos, no habría más vida, ya que la vida se trata de aprender, de transcurrir, de cambiar y de alinearnos con el proceso de la naturaleza.

Hasta la próxima


Paula Cabalen

Estratega de negocios, CEO de Consultophy y embajadora Cambridge Business Association Points of You Caountry Leader
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