El trabajo semipresencial y flexible marca el rumbo del mercado laboral

Las empresas optan por jornadas semipresenciales de 2 días en oficina y 3 de trabajo remoto en los hogares, según estudio de KPMG. Pixabay




Gran parte de las empresas panameñas aplicaron mecanismos de trabajo remoto durante la pandemia y ahora muchas han comenzado a migrar a trabajo presencial o modalidades híbridas y semipresenciales, destaca un estudio realizado por la empresa Edelma para Microsoft, denominado Impacto de Covid-19 en la cultura y operación de las Pymes.

Entre los hallazgos de este estudio, que se aplicó a 320 empresas de Costa Rica, Panamá, Guatemala y El Salvador, resalta en el caso del mercado panameño en donde el 55% de las empresas tiene una modalidad de trabajo presencial y en su mayoría son microempresas, mientras que 45% de quienes mantienen un sistema híbrido-remoto son pequeñas y medianas empresas.

Una vez que se decrete el fin de la pandemia, estas empresas esperan que entre 50% y 70% del tiempo de trabajo sea presencial.

En contraste, con esa tendencia de las Pymes, Claudia Escobar, gerente país de Manpower, sostuvo que las organizaciones en general en Panamá, esperan que 82% de los empleados trabajen desde la oficina, mientras que los trabajadores manifiestan que prefieren la modalidad de trabajos híbridos y flexibles.

La firma KPMG, en el estudio CEO Outlook, indica que 21% de las empresas a nivel mundial plantea reducir su espacio de oficina y esta tendencia en Centroamérica donde se incluye Panamá es de 18%.

Igualmente refieren que la flexibilidad en el horario y en el sitio donde se trabaja sigue siendo una tendencia post pandemia. Más de una tercera parte (37%) de los CEOs entrevistados por KPMG afirma que su organización tendrá a la mayoría de su personal trabajando a distancia dos días a la semana (33% en el caso de Centroamérica). Y además, refiere que esperan contratar a más personas que trabajen a distancia.

Ante la nueva realidad de trabajo semipresencial, 89% de las empresas planea invertir en nuevas tecnologías y 83% en equipos de computadoras portátiles. Igualmente se mantiene la tendencia de adoptar tecnología para videollamadas y reforzar la ciberseguridad.

Planificar el teletrabajo

Laura Navarrete, Gerente Sénior de EY Law, especialista en Derecho Laboral, precisa que pese a la aceleración de la tecnología y la adopción del teletrabajo, es un hecho que hay un gran porcentaje de trabajadores que no tienen acceso a estas herramientas para continuar sus funciones en comparación con trabajadores de otras regiones.

Plantea sin embargo, que la población que sí está teletrabajando es importante que se considere que el teletrabajo vino para quedarse y por ende, las soluciones improvisadas o tal vez, aceleradas que se tuvieron que tomar en el contexto de la pandemia, no pueden ser necesariamente el esquema que las empresas y los diferentes patronos y empleadores, busquen mantener en el futuro.

“En definitiva, tiene que hacerse una planificación estratégica de cuál va a ser la población que se mantenga teletrabajando y también, cuáles van a ser los beneficios y el esquema que se va a aplicar. Por ejemplo, es muy probable que el esquema híbrido sea el que resulte más atractivo tanto para los trabajadores como para los mismos empleadores porque les permite, justamente, dotar de flexibilidad al teletrabajo, pero también de cierta forma mantener el contacto físico y el control de reportes, etc., etc., que permite el trabajo presencial”, indica la experta de EY Law.

Navarrete menciona que una encuesta que hizo EY en el 2021, reveló que las personas quieren trabajar dos o tres días desde la casa y que implica que, ese modelo híbrido es el que resulta más atractivo para la población trabajadora.

Panorama regional según la OIT

Un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que analiza cómo la región adoptó la modalidad de trabajo en remoto, indica que este sistema no es nuevo, pero se impuso por la pandemia.

Precisa que no todas las actividades pudieron seguir con teletrabajo, solo aquellas basadas en tecnologías de la información y de la comunicación (TICs) o que hacen uso de plataformas tecnológicas para trabajar.

“Sin embargo, no todos los trabajadores pudieron hacer uso de esta modalidad. Fueron principalmente las personas asalariadas formales, con alto nivel educativo, con relaciones de empleo estables, en ocupaciones profesionales, gerenciales y administrativas, y por supuesto con acceso a las tecnologías necesarias para llevar a cabo sus tareas, quienes registraron los mayores aumentos del teletrabajo”, explicó Roxana Maurizio, especialista regional en economía laboral de la OIT y autora de la nota técnica “Desafíos y oportunidades del teletrabajo en América Latina y el Caribe“.

En promedio entre el 20% y 30% de los asalariados que estuvieron efectivamente trabajando lo hicieron desde sus domicilios durante la vigencia de las medidas de confinamiento. Ese porcentaje solo llegaba a menos de 3% en 2019.

La OIT estima que alrededor de 23 millones de personas transitaron por el teletrabajo durante el segundo trimestre de 2020 en la región.

“El trabajo remoto, por lo tanto, facilitó la continuidad de ciertas actividades económicas y de la relación laboral. Ello resultó de particular importancia teniendo en cuenta el fuerte impacto de la crisis en los mercados de trabajo de la región, que se expresó en significativas pérdidas de ocupaciones y de horas trabajadas”, indicó el organismo.

Sin embargo, la OIT advierte que si bien este fenómeno no es nuevo, varias dimensiones relevantes diferencian la naturaleza del trabajo desde el domicilio antes y durante la vigencia de las medidas de confinamiento y de restricción a la movilidad de las personas.

Precisan que con anterioridad a la pandemia, el trabajo a domicilio se combinaba con trabajo en el establecimiento pero en el contexto de cuarentena pasó, en mucho casos, a ser la modalidad exclusiva de trabajo. Habitualmente el trabajo remoto era una opción planificada y voluntaria de ambas partes; sin embargo, la irrupción de la pandemia hizo que esta modalidad sea una de las pocas alternativas para continuar la actividad económica y la relación laboral en circunstancias excepcionales.

Mientras que anteriormente el trabajo a domicilio se constituía como una modalidad de empleo que se esperaba contribuyera a una mejor conciliación con las responsabilidades familiares, durante la emergencia sanitaria las dificultades para la realización del trabajo desde el hogar se incrementaron de la mano del cierre de las escuelas y de los espacios de cuidado. Esto afectó en forma especial a las mujeres, dado que las responsabilidades familiares siguen recayendo mayormente sobre ellas.

Balance entre la vida laboral y personal

Otro de los debates que han surgido del empleo remoto y ahora semipresencial es el garantizar un equilibro entre la vida laboral y personal, para proteger la salud. Un análisis realizado por la OIT y la Organización Mundial de la Salud formula recomendaciones para que el trabajo híbrido y el teletrabajo sean seguros y productivos.

El informe detalla entre los beneficios, de la modalidad semipresencial o la de trabajar en remoto, la mejora del equilibrio entre la vida laboral y la personal, la posibilidad de un horario flexible y de realizar actividad física, la reducción del tráfico de vehículos y del tiempo en desplazamientos, y la disminución de la contaminación atmosférica, todo lo cual puede mejorar la salud física y mental y el bienestar social.

Mencionan que el teletrabajo también puede suponer un aumento de la productividad y una reducción de los costos operativos para muchas empresas.

Sin embargo, el informe advierte de que, sin planificación, organización y asistencia en salud y seguridad adecuados, el teletrabajo puede tener repercusiones importantes en la salud física y psicológica y el bienestar social de los trabajadores. Puede derivar en aislamiento, agotamiento, depresión, violencia doméstica, lesiones musculoesqueléticas y de otro tipo, fatiga ocular, aumento del consumo de tabaco y alcohol, exceso de tiempo sentados ante una pantalla, y causan un aumento nocivo de peso.

El teletrabajo y, en particular, el trabajo híbrido ha venido para quedarse y es probable que aumenten después de la pandemia, ya que tanto las empresas como las personas han experimentado su viabilidad y sus ventajas”, señaló Vera Paquete-Perdigão, Directora del Departamento de Gobernanza y Tripartismo de la OIT.

“A medida que nos disponemos a salir del “compás de espera” para asentarnos en una nueva normalidad, tenemos la posibilidad de incorporar nuevas políticas, prácticas y normas de apoyo que garanticen que millones de personas que realizan trabajo remoto tengan un trabajo saludable, feliz, productivo y decente”.

Entre las medidas que deben poner en marcha los empleadores figuran velar por que los trabajadores reciban el equipo adecuado para completar las tareas del trabajo; proporcionar la información, las directrices y la formación pertinentes para reducir el efecto psicosocial y de salud emocional del teletrabajo; formar a los directivos en la gestión eficaz de los riesgos, la gestión a distancia y la promoción de la salud en el lugar de trabajo; y establecer el “derecho a la desconexión” y días de descanso suficientes.

Según el informe, los servicios de salud laboral deben estar capacitados para prestar asistencia en salud ergonómica, mental y psicosocial a quienes trabajan a distancia, mediante tecnologías digitales de telesalud.



Katiuska Hernández

Reportera economía y Martes Financiero. Equipo multimedia.
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