En Panamá 4.8% de los hogares aún no tienen electricidad

En Panamá 4.8% de los hogares aún no tienen electricidad

El último Censo (2023), indica que alrededor de 4.8% de las viviendas en Panamá, de un total de 1.2 millones de viviendas particulares ocupadas




El sector energético en Panamá enfrenta desafíos en la ejecución efectiva de la transición hacia energías limpias, con obstáculos burocráticos y la posibilidad de cambios administrativos.

Además de que persisten áreas sin acceso a la electricidad, con entre 59 mil y 65 mil hogares que no cuentan con el servicio eléctrico.

Garantizar seguridad energética y acceso universal es esencial, pero la movilidad eléctrica aún enfrenta barreras, aunque tiene potencial para expandirse con políticas públicas adecuadas.

Otro de los desafíos es que el país registra problemas como proyectos diseñados pero no concretados, falta de continuidad y demoras en licitaciones obstaculizan la atención a la demanda energética creciente y la mejora en la calidad del servicio.

Lo que dicen los expertos

Arturo Alarcón, especialista sénior en energía para del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), quien participó del foro de Apede, precisa que unos de los retos de la transición energética es que se garantice la seguridad energética con fuentes generadas en el país y no se dependa de las importaciones, a la vez que se garantice el acceso universal al servicio.

Se estima que entre 59 mil y 65 mil hogares no cuentan con electricidad en Panamá. El acceso universal al servicio es una de las líneas de acción de la agenda de transición y enfrenta retos para lograrlo.

El último Censo (2023), indica que alrededor de 4.8% de las viviendas en Panamá, de un total de 1.2 millones de viviendas particulares ocupadas, no cuentan con el servicio eléctrico, esto puede abarcar entre 59 mil y 65 mil hogares.

Otro tema en el que el país todavía está retrasado es en la movilidad eléctrica. Aunque se ha incrementado la venta de autos eléctricos, la proporción en el universo del mercado aún es muy pequeña.

Alarcón considera que la movilidad eléctrica en Panamá aunque tiene mucho potencial, tomará más tiempo en acelerarse. “La movilidad eléctrica aún es un tema de la clase media alta y se tiene que buscar las políticas públicas para democratizar la movilidad eléctrica”, mencionó.

Las mega obras pendientes

Dentro del sector energético hay dos proyectos pendientes, que se vienen arrastrando desde hace varias administraciones, pero la actual tampoco la aceleró: La cuarta línea de transmisión eléctrica y la interconexión con Colombia.

En noviembre el gerente de la Empresa de Transmisión Eléctrica (Etesa), Carlos Mosquera, dijo que a más tardar en enero de este año se presentarían los pliegos para licitar la cuarta línea de transmisión, pero ya vamos en febrero y el proceso sigue sin dar luces.

Mosquera indicaba a varios medios incluyendo a La Prensa, que para cumplir con los tiempos de ejecución y que entrara esta infraestructura en operación entre 2027 y 2028, se debía convocar la licitación con urgencia en enero de este año y firmar el proyecto entre junio y julio.

El proyecto, con una extensión de 371 kilómetros que va desde Bocas del Toro hasta Panamá, se estima en 760 millones de dólares y el plan es ejecutarlo a través de la modalidad de Asociación Público Privada (APP).

En la administración actual de Laurentino Cortizo, tampoco se dio luz verde a la línea de interconexión eléctrica con Colombia.

Mosquera dijo este proyecto estaba en la etapa final de elaboración del Informe Técnico por parte de Panamá, que registraba un avance de 90%, pero faltaba aún llegar a acuerdos con la Comarca Guna Yala, zona por la que pasará la línea. Mientras que en el caso de Colombia el estudio de diseño terrestre y marino estaba a finales del año pasado en 70% de avance.

Este proyecto tiene una extensión de 500 kilómetros y una capacidad de 400 MW, y el costo se calculaba en 500 millones de dólares y cada país tendrá que pagar la mitad y buscar financiamiento.

“Panamá por su posición es un país que puede ser el eslabón que une a Suramérica con Centroamérica”, recalcó el experto del BID.

Considera Alarcón que se debe continuar con la agenda de transición energética y con las políticas públicas en el sector, pero indica que deben ser vistas como una política de Estado y no como un plan de un determinado gobierno. Es decir se debe garantizar la continuidad. A la vez que se cree el marco y las reglas claras para que el sector privado pueda invertir.

Armonizar las leyes

Cristóbal Samudio, presidente de la comisión de Energía y Combustibles y Apede, dijo que para cumplir con la agenda de transición energética se debe armonizar las legislaciones que se tiene actualmente con esas metas.

Dijo que parte de las inquietudes de los representantes de los distintos candidatos presidenciales que expusieron en Apede, está la propuesta de la separación por ejemplo del Centro Nacional de Despacho de la Empresa de Transmisión Eléctrica (Etesa) que se ha mencionado en varias propuestas en años anteriores, además de la posibilidad de que el sector privado también participe de la transmisión eléctrica.

Samudio coincide en que se deben acelerar los proyectos como la interconexión eléctrica con Colombia, que recordó que está prevista desde el plan de transición energética de 2015.

Katiuska Hernández

Reportera economía y Martes Financiero. Equipo multimedia.
- Leer más artículos de este autor -