Realidad numérica del empleo en Panamá

La pérdida de ingresos y empleo afecta a la población de estratos más humildes. Se ha incrementado la informalidad. Archivo.




Panamá enfrenta la peor catástrofe laboral de su historia, documentada en estadísticas claras y contundentes, que demandan atención inmediata.

En el 2020 Panamá perdió 289 mil empleos, 15% de sus trabajadores, los cuales tomará más de 6 años recuperar. La planilla estatal aumentó. El impacto laboral de la Covid-19 lo sufrió el sector privado, que perdió 327 mil 340 plazas de trabajo, 37% de sus empleos formales. Esto acentuó la contracción que inició en el 2013, cuando los asalariados privados representaban 53% de todos los empleos, para caer a 33% en el 2020, una reducción de 20 puntos en 7 años.

Cada $1 en salarios privados aporta $0.23 a las finanzas del Estado, vía Impuesto sobre la Renta, Cotizaciones a la CSS y Seguro Educativo. El salario del funcionario también, pero siendo el Estado el empleador, equivale a “sacarse de un bolsillo para metérselo en el otro”. Mientras que el informal aporta poco a las finanzas del Estado.

4 de cada 5 empleos perdidos afectaron a trabajadores formales que ganaban menos de $750 mensuales y tenían menos de 11 de años de escolaridad. La crisis está afectando principalmente a gente humilde.

La pandemia agravó la informalidad. En los últimos 10 años (2010-2020), 92% de todos los empleos generados fueron informales y el otro 8% fue el resultado de aumentos en la planilla estatal.

Hoy hay menos asalariados privados y casi el doble de los funcionarios públicos que había en el 2004. Actualmente, 2 de cada 3 trabajadores en Panamá son informales y funcionarios. Esto no es sostenible.

Reactivar la economía y recuperar empleos dependerá de inyectar liquidez a la economía a través de financiamiento bancario y atraer más Inversión Extranjera Directa.