Panamá y EU: políticas fiscales y mercados de capitales

Panamá y EU: políticas fiscales y mercados de capitales

A medida que Panamá continúa consolidando su posición como un centro financiero, podría explorar activamente modelos como los de Chile y Argentina. /Elysée Fernández




Los mercados de capitales en América Latina siempre han sido un mosaico vibrante, un terreno fértil para inversores que buscan algo más que las oportunidades tradicionales. Y cuando observamos de cerca, podemos ver cómo Panamá y Estados Unidos abordan sus políticas fiscales de maneras que, en un primer vistazo, parecen polos opuestos. Sin embargo, ambos tienen un objetivo común: atraer el capital global. Al ampliar esta reflexión, encontramos también lecciones interesantes en Chile y Argentina, dos países que permiten a sus inversionistas acceder a mercados internacionales a través de vías locales, algo que Panamá bien podría considerar.

Panamá: Una Visión Fiscal Para Atraer Capital

Panamá, con su familiar calidez costeña, ha construido un marco fiscal que no deja indiferente a ningún inversor. Las ganancias de capital, los dividendos y los intereses derivados de inversiones a través de su mercado bursátil local están exentos de impuestos. Esta política, forjada bajo la Ley del Mercado de Valores, deja claro que Panamá quiere ser un centro financiero regional. El inversionista extranjero obtiene estos beneficios sin necesidad de que su país de residencia mantenga con Panamá un tratado para evitar la doble tributación.

Con esta estrategia, el país busca fomentar la liquidez del mercado y, en última instancia, ayudar a financiar las empresas locales. Sin barreras fiscales, los inversionistas, tanto locales como extranjeros, pueden moverse libremente, invirtiendo en un país que claramente desea no interponerse en el camino del capital.

Estados Unidos: El Balance Entre Incentivos y Control

Al otro lado del espectro está Estados Unidos, un gigante en muchos sentidos, y su enfoque fiscal no es la excepción. Aunque a primera vista parece más restrictivo, con impuestos sobre ganancias de capital, dividendos e intereses, no todo es lo que parece. Para los inversores extranjeros, Estados Unidos ofrece incentivos notables, como la exención de intereses bajo la “portfolio interest exemption” y, para muchos, la posibilidad de no pagar impuestos sobre las ganancias de capital. El inversionista extranjero obtiene estos beneficios sin necesidad de que su país de residencia fiscal mantenga un tratado para evitar la doble tributación con los Estados Unidos. Sin embargo, como regla general, para que el inversionista extranjero pueda disfrutar de una tasa de retención menor que el 30% de ley sobre los dividendos, el país de residencia fiscal del inversionista debe mantener un tratado para evitar la doble tributación con los Estados Unidos. Si Panamá contase con un tratado con los Estados Unidos, podría lograr al menos un 15% de retención sobre los dividendos estadounidenses para los inversionistas con residencia en Panamá.

Este enfoque segmentado permite a los no residentes beneficiarse de un sistema diseñado para atraer capital global sin erosionar su base fiscal interna. En otras palabras, Estados Unidos es un maestro en el arte de atraer inversión extranjera sin perder el control de su recaudación.

Comparación de Estrategias Fiscales

Cuando se colocan lado a lado, las políticas fiscales de Panamá y Estados Unidos presentan diferencias fundamentales. Panamá es más directo en su enfoque: ninguna carga fiscal en su mercado de capitales. Estados Unidos, por otro lado, es más quirúrgico, ofreciendo beneficios solo a los no residentes y asegurándose de que sus ciudadanos y residentes paguen su parte justa.

Ambos sistemas han demostrado ser efectivos, cada uno a su manera. Mientras que Panamá invita a todos los inversores a disfrutar de un ambiente sin impuestos, Estados Unidos se centra en atraer capital extranjero mientras preserva su propia base tributaria.

Chile y Argentina: Innovando en Acceso a Mercados Internacionales

El caso de Chile añade un giro interesante a esta conversación. En la Bolsa de Santiago, los inversores locales pueden acceder a títulos internacionales, incluidos valores de Estados Unidos. A través de instrumentos extranjeros listados en Chile, los chilenos pueden diversificar sus portafolios accediendo a ellos a través de la bolsa local, creando así un entorno financiero más dinámico.

Y Argentina no se queda atrás. Con los CEDEARs (Certificados de Depósito Argentinos), los inversionistas tienen una ventana hacia los mercados internacionales, particularmente el de EE.UU., sin mover su capital fuera del país. Estos instrumentos derivados han sido una bendición para los inversores argentinos que, de otro modo, estarían limitados por las regulaciones internas.

¿Qué puede considerar Panamá?

La pregunta clave es: ¿podría Panamá adoptar un sistema similar? Los modelos de Chile y Argentina son ejemplos brillantes de cómo un país puede abrirse al mundo sin perder el control de sus mercados locales y ahorrándose el peaje de varios intermediarios. Si Panamá decidiera estudiar y quizá implementar algo del modelo chileno (listado local de instrumentos extranjeros) y/o instrumentos como los CEDEARs argentinos, podría ofrecer a los inversionistas locales acceso a valores extranjeros directamente o sintetizados, todo desde la comodidad de la bolsa local. Particularmente, por ejemplo, a valores de emisores registrados en Jurisdicciones Reconocidas por la Superintendencia del Mercado de Valores, EE.UU. entre ellas.

Una iniciativa como esta quizás podría colaborar para dinamizar aún más el mercado local y coadyuvar para posicionar a Panamá como un puente para Centroamérica hacia otros mercados, reforzando su papel como hub financiero.

Reflexión Final

En resumen, tanto Panamá como Estados Unidos han diseñado políticas fiscales que reflejan su visión de cómo atraer capital. Panamá, con su enfoque de exoneración total, y Estados Unidos, con su equilibrio entre incentivos y control, muestran que hay más de una manera de alcanzar el éxito en los mercados de capitales.

Sin embargo, lo que resulta clave es la capacidad de adaptación e innovación. A medida que Panamá continúa consolidando su posición como un centro financiero, podría explorar activamente modelos como los de Chile y Argentina. La posibilidad de incorporar mecanismos que permitan a los inversionistas acceder a mercados internacionales a través de la infraestructura local no solo fomentaría la diversificación del portafolio, sino que también dinamizaría su mercado bursátil. Al adoptar tales estrategias, Panamá no solo seguiría siendo un lugar atractivo para el capital, sino que podría fortalecer su rol como un puente financiero para toda la región centroamericana, capaz de conectar a los inversionistas de la región con oportunidades globales.

Este enfoque podría ser el siguiente paso natural en el continuo desarrollo de Panamá como un hub financiero de clase mundial.