Mercados marchan al ritmo de la inflación

Los inversionistas están atentos al pulso del mercado de valores y el impacto que tiene el alza de las tasas de interés y la inflación.




El primer semestre del 2022 ha sido muy negativo para los inversores y quedará registrado como uno de los peores semestres desde 1932 para un portafolio compuesto por 50% acciones y 50% bonos, según datos de Pictet Asset Management. Los mercados de renta variable en Estados Unidos como el S&P 500 o el Nasdaq cayeron 20.6% y 31.5% respectivamente. Así mismo, los bonos norteamericanos de grado de inversión, aquellos que cuentan con sólidos fundamentos, cayeron en promedio un 17%.

¿Por qué los mercados han corregido tan significativamente? Este inicio de año ha estado marcado por la inflación como tema central. En enero, la economía americana mostraba un aumento de precios del 7.5% con respecto al primer mes del 2021 pero se esperaba que esta lectura fuese transitoria, lo que permitiría que la FED (la Reserva Federal Americana) aumentara ligeramente las tasas de referencia. Sin embargo, el aumento en los precios ha resultado ser persistente, agravado por el inicio del conflicto militar entre Rusia y Ucrania elevando la inflación en mayo hasta 8.6%.

La invasión de Ucrania por parte de Rusia, que comenzó a finales de febrero, supuso un tremendo shock y un fracaso en el diálogo entre los dos países después de los estragos que supuso el Covid. Ucrania es un gran productor agrícola mientras que Rusia es el mayor proveedor de gas natural y petróleo a países clave en la Unión Europea como Alemania.

Como consecuencia, la FED ha tenido que revisar al alza su calendario de subida de tasas, muy por encima de lo que se esperaba a inicios de año, con el fin de tratar de controlar la inflación. Este cambio de postura de la FED hacia una política más restrictiva afectó negativamente a las acciones y a los bonos; a las acciones porque la subida de tasas disminuye el valor de los flujos de caja futuros de una compañía y a los bonos porque a mayor tasa, menor su precio ya que la relación es inversa.

Con todo esto, cerramos el semestre a la espera de ver cómo se comporta el Producto Interior Bruto en Estados Unidos para la segunda mitad del año, ya que el primer semestre cerró con lecturas trimestrales de -1.6% y -0.6% con respecto a los mismos periodos del año anterior. Un segundo semestre en negativo confirmaría una recesión en la economía norteamericana, lo que llevaría a un cambio en la postura de la FED y a probables bajadas de tasas en 2023 si vemos un punto de inflexión en la inflación.

Ante una alta incertidumbre, los activos alternativos se están comportando positivamente, en especial la deuda privada y los fondos de inversión en activos inmobiliarios privados. En el caso de la deuda privada, son préstamos a corto plazo con buenos colaterales cuyas tasas de interés son superiores a las tradicionales y protegen contra la subida de la inflación. Por otro lado, los activos inmobiliarios privados se benefician de altos y predecibles rendimientos con menor volatilidad en el valor de las propiedades ya que son activos ilíquidos que no transan en los mercados de capitales. Contar con una asignación en productos alternativos permite reducir la volatilidad y aumentar el retorno esperado de la cartera.

Carlos Tablate

Senior Portfolio Manager K&B Family Office
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