Los viajes aéreos están regresando a América del Norte. ¿Qué significa para Panamá?

Panamá como hub aéreo de conexiones estará bien posicionado debido a sus extensos vínculos con el resto de América Latina para atraer a los viajeros. Corprensa/Roberto Cisneros




La reactivación de los viajes aéreos puede ser aprovechada por Panamá para encontrar oportunidades de asociación para mejorar la experiencia de los pasajeros en los vuelos de conexión.

Cuando estalló el COVID-19, la demanda de viajes aéreos se desplomaron, en todas partes y al mismo tiempo. La recuperación será diferente: algunas regiones y segmentos volverán antes que otros. ¿Qué significa eso para Panamá?

Antes de intentar responder a esa pregunta, es importante recordar las poderosas tendencias presentes antes de la pandemia que no han desaparecido. En primer lugar, los viajes de placer y las VFA (visitas a familiares y amigos) crecían más rápidamente que los viajes de negocios. Otra era la evolución hacia los viajes punto a punto (P2P), en los que los pasajeros van directamente a su destino, sin hacer paradas intermedias. A medida que la pandemia sacudió la industria, los viajes de conexión cayeron más que los viajes sin escalas (81 por ciento contra 61 por ciento), a medida que los pasajeros buscaron evitar exponerse y los aeropuertos disminuyeron el servicio.

Si bien la presión sobre los hubs probablemente continuará, lo más probable es que continuarán siendo una característica importante de la aviación global, particularmente en los mercados más pequeños (fuera de las 100 ciudades principales) que están bien ubicados geográficamente y que sirven principalmente a viajeros de placer. Panamá encaja a la perfección; de hecho, al Aeropuerto de Tocumen a veces se lo conoce como el “Centro de las Américas”, y creemos que puede seguir estando a la altura de ese nombre, por dos razones.

En primer lugar, los viajes nacionales en Estados Unidos están tomando impulso. Con suerte, no pasará mucho tiempo antes de que los estadounidenses vacunados comiencen a anhelar viajar más allá de sus fronteras. El hub en Panamá está profundamente conectado a la red de los Estados Unidos y también a todos los principales mercados de América Latina (al igual que a muchos pequeños), lo que lo coloca en una buena posición para beneficiarse de los viajes regionales. También ayuda que las aerolíneas con base en Panamá han podido usar el hub para crear miles de pares de origen-y-destino. Por lo tanto, tanto el hub como las aerolíneas están bien posicionadas para ser la opción preferida de los pasajeros que deseen volar muchos pares de origen-destino entre América del Norte y del Sur.

En segundo lugar, los viajeros de placer son más sensibles a los precios que los de negocios y es más probable que utilicen vuelos de conexión. Eso es importante, porque se espera que los viajes de placer se recuperen más rápido a medida que la pandemia se atenúe, y luego crezcan más rápido cuando esté detrás de nosotros. Y cuando los viajes de negocios se recuperen, los vuelos regionales más cortos probablemente saldrán a liderar, y, nuevamente, Panamá estará bien posicionado debido a sus extensos vínculos con el resto de América Latina.

Sin embargo, ningún hub puede simplemente sentarse y esperar a que los vacacionistas desembarquen. Ahora hay una oportunidad para que las partes interesadas en el sector de viajes de Panamá utilicen su posición relativamente buena para mejorarse.

Hay varias posibilidades. Invertir en herramientas de información en tiempo real que puedan rastrear la evolución de la demanda de viajes. Vigilar de cerca los precios y el costo por milla de asiento disponible para garantizar la competitividad continua y mejorar la rentabilidad. Utilizar las herramientas de analítica y digitales más actualizadas para que la experiencia del cliente realmente sobresalga. Por ejemplo, para atender a aquellos con tiempos de conexión ajustados, los centros de control de operaciones pueden ajustar la velocidad de crucero, asignar puertas para minimizar la distancia que tienen que caminar los pasajeros entre vuelos, y darle vía rápida a los pasajeros a través de los controles de seguridad, más en “tiempo real” de lo que era posible anteriormente.

Actualmente, el rating Skytrax de Tocumen es de 3 estrellas (un poco menor que Bogotá pero en línea con el de Miami). La agencia reporta espacios de mejora en dimensiones como tiempos de espera y velocidad del proceso de inmigración.

Entendemos el estrés financiero en el que se encuentran las aerolíneas, los aeropuertos y toda la industria de la aviación. Nuestros cálculos pronostican que la industria de las aerolíneas por sí sola puede acumular hasta 1,1 billones de dólares (US$1.1 trillion) en deuda a nivel mundial para 2024, año en el cual se puede esperar la recuperación total más temprana. Esto significa que el sector no tiene mucho efectivo disponible; y al mismo tiempo, las calificaciones crediticias bajas podrían aumentar los costos de sus préstamos. Sin embargo, algunas de estas sugerencias no necesitan dinero en efectivo, son opciones de bajo costo pero de alta recompensa para facilitar las conexiones en rutas clave.

Panamá también puede encontrar oportunidades de asociación para mejorar la experiencia, de modo que las escalas se conviertan en más que un ejercicio de matar tiempo, aumentando tanto la experiencia positiva como el gasto en el aeropuerto.

Los hubs sobrevivirán, incluso si los viajes P2P continúan creando participación de mercado. Panamá está bien posicionada para atender ambos tipos de viajes. Pero como ha demostrado la pandemia, de la peor manera posible, nada se puede dar por sentado. Panamá podría estar entre los primeros hubs en el extranjero en beneficiarse de un resurgimiento de los viajes aéreos. Tocumen está frente a una oportunidad para convertirse en un aeropuerto de talla mundial en términos de operaciones y experiencia, y así abrir puertas para todavía más turismo en Panamá. Pero para crear valor a largo plazo, será necesario reconstruirse más fuerte.

Vik  Krishnan,Julio Giraut

Socio de la oficina de McKinsey and Company en San Francisco, California, Estados Unidos.
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