Los riesgos que enfrentan las juntas directivas ineficientes

Los riesgos que enfrentan las juntas directivas ineficientes




La adecuada conformación de una junta directiva que gestione el negocio de forma exitosa, sin dejar de lado la sostenibilidad de la empresa, es un reto que enfrentan los empresarios a nivel mundial y en todos los sectores.

La junta directiva ideal es un grupo de personas que combina diferentes atributos y talentos: Experiencia, género, identidad de objetivos comunes, valores éticos y capacidad de disentir, entre otros. Entre más diversa y heterogénea es una junta directiva, más exitosa será su gestión del negocio, porque el valor de opiniones contrapuestas, analizadas de forma sustentada y transparente incide en un mejor desempeño de la actividad y garantiza una perspectiva más completa y, por ende, más eficiente.

El concepto de eficiencia es la capacidad de realizar una actividad o cumplir una función con la menor cantidad de recursos posibles o en el menor tiempo posible. Las juntas directivas no deben únicamente alcanzar una o varias metas de negocio; deben hacerlo con un mínimo de costos y un máximo de resultados. Veamos entonces cuáles son algunos de los riesgos que contribuyen a que una junta directiva sea ineficiente:

· No adoptar políticas y principios de gobierno corporativo

El gobierno corporativo ha dejado de ser un lujo que solo grandes empresas pueden implementar o una exigencia únicamente aplica a empresas reguladas. Se ha comprobado que incorporar principios de transparencia, equidad y rendición de cuentas en la forma de hacer negocios, redunda de forma directa en la rentabilidad.

· No incorporar la diversidad entre sus miembros

La diversidad es un factor que no debería tener que imponerse por mandato legal o cuotas de género, pero lamentablemente se ha demostrado que históricamente toma mucho tiempo alcanzar la igualdad de forma natural. La diversidad en la composición de un directorio implica también incorporar a personas de distintas edades, niveles de experiencia, etnicidad, culturas y religiones. Entre más diversa es la junta directiva, más amplia será la discusión de los temas que impactan al negocio y mayor será la capacidad de la empresa de anticipar y mitigar riesgos.

· No alinearse con la cultura empresarial

Cada empresa tiene una cultura única; los valores que motivaron a fundarla y que también preservarán su continuidad. Los miembros de la junta directiva pueden mantener un criterio independiente en la toma de decisiones, pero deben impregnarse de la cultura del negocio a fin de entender qué la hace exitosa y original. Esto se logra con una adecuada comunicación con todas las esferas y niveles de la organización.

· No mantener adecuado control de sus políticas internas, ni les darles el adecuado seguimiento

Mantener adecuados registros corporativos de las decisiones de la junta directiva no es tarea fácil. En algunos casos, esta función no debería asignarse a lo interno de la empresa, ya que ello no garantiza el nivel de profesionalización requerido para un adecuado control y seguimiento de las políticas adoptadas. Muchas empresas tercerizan sus servicios de secretaría corporativa con un profesional experimentado en la organización, recopilación y redacción de los documentos que constituyen el soporte documental de sus acuerdos y deliberaciones de negocios. Un enfoque integral de estos servicios permite ganar tiempo valioso y hace más eficiente la gestión documental.

· No prepararse para prevenir y/o gestionar escenarios de crisis

Cuando hay escenarios positivos o con ingresos sostenidos, nos olvidamos de que la situación puede cambiar en cualquier momento por factores que están fuera de nuestro control. Un ejemplo claro de ello es lo que estamos experimentando con la pandemia de Covid-19, pero hay muchas otras circunstancias que pueden sobrevenir y afectar de forma irreversible lo que ha tomado muchos años construir. Las juntas directivas deben adoptar mecanismos claros de manejo de crisis en época de bonanza, cuando pueden dedicarle los recursos y el tiempo necesario para planificar qué hacer y quién tomará las riendas en esa situación. No prevenir a tiempo puede ser la diferencia entre sobrevivir o perecer.

· No promover la independencia de la alta gerencia

Este factor es aún más importante en empresas donde los lazos familiares han forjado el negocio a lo largo de varios años o en entornos culturales de relaciones estrechas. La junta directiva debe asegurarse que la persona encargada de gerenciar el negocio diariamente no perciba que le debe lealtad a uno o más de sus miembros por haber promovido su nombramiento. La independencia de la alta gerencia y su objetividad en la toma de decisiones debe ser respetado, fomentado e inclusive protegido por el directorio como un factor clave para alcanzar los objetivos empresariales.

· No preparar a la empresa para una adecuada sucesión

La sucesión empresarial es un tema delicado que generalmente no es discutido oportunamente hasta que es demasiado tarde. Pero pensar en la sucesión va más allá de solamente identificar quién se encargará del negocio a través del tiempo, sino qué modelo de negocio queremos construir para que sea sostenible y genere valor para los dueños, sus trabajadores y la comunidad. Planificar estos temas a tiempo permite diseñar estrategias de mejora y adecuación para alcanzar esa sostenibilidad.

· No incorporar herramientas tecnológicas u otros elementos de innovación

Si hay algo que la pandemia del Covid-19 nos ha demostrado, es que quien no es capaz de innovar, se queda atrás. Este elemento de innovación y adaptación a nuevas tecnologías lo incorporan de forma natural las juntas directivas diversas, con profesionales jóvenes, con la adecuada preparación para aportar soluciones frescas y audaces.

· No delegar sus funciones en comités robustos

Dependiendo del tamaño de la operación de la empresa y del tamaño de la junta directiva, se requerirá formar grupos de trabajo que ejecuten las estrategias que han sido diseñadas por el directorio. Deben evitarse las posiciones de excesivo control y poca delegación a nivel de la junta directiva, lo cual no deja de lado un monitoreo adecuado para asegurar que los lineamientos están siendo implementados con la visión correcta.

· No adoptar herramientas de autoevaluación

La medición del desempeño permite detectar oportunidades de mejora en las organizaciones. La autoevaluación de las funciones de la junta directiva es un requisito que algunos reguladores del sector financiero imponen en instituciones financieras y es muy saludable exportarlo a directorios en todos los sectores. La medición puede ser anual o con otra periodicidad que permita contrastar avances y resultados. Existen muchas herramientas disponibles para empresas de todos los tamaños.

· No mantener adecuados canales de comunicación con sus grupos de interés

La junta directiva no debe mantenerse en una burbuja que le impida tomar contacto con todos los grupos que se relacionan con la empresa que gerencia. Abrir canales de comunicación en momentos clave o incorporar políticas de puertas abiertas permite detectar situaciones a tiempo para ser resueltas de forma efectiva y preserva la cultura empresarial porque todos se sienten parte de la solución.