La realidad del lavado de dinero con criptomonedas

Las criptomonedas poco a poco van convirtiéndose en uno de los medios principales para el intercambio de dinero. Pixabay




Los avances en tecnología brindan muchas oportunidades para procesos más fáciles y mejores. Sin embargo, también le brindan a los delincuentes más opciones para lavar dinero. Uno de estos avances tecnológicos lo vemos en el caso de las criptomonedas.

Las criptomonedas ofrecen una manera útil para que las personas puedan mover su dinero de manera rápida y a un costo muy bajo. A pesar de esta característica tan positiva, hay que tomar en cuenta las preocupaciones que existen sobre su uso en la práctica de lavado de dinero.

Primero, entendamos cómo sucede el lavado de dinero con criptomonedas. Para ello, los delincuentes pueden aplicar diversas estrategias, las cuales siguen un proceso común de 3 pasos, que se aplican de manera similar al lavado de dinero con efectivo.

Se inicia con la etapa de Colocación, en la que se introducen los fondos derivados de actividades ilícitas al sistema financiero, por medio de exchanges, casinos, instituciones financieras, etc. Esto usualmente sucede al comprar alguna criptomoneda con efectivo o con otra criptomoneda. Luego, en la fase de Estratificación, el delincuente intenta esconder la fuente de los fondos por medio de múltiples transacciones. Una práctica común en los exchanges es convertir una criptomoneda a otra, o participar de un ICO, Initial Coin Offering (Oferta Inicial de Moneda) donde se compra una criptomoneda recién salida al mercado con otra con la que ya cuenta el criminal.

Finalmente, se tiene la etapa de Integración, en la que el dinero ilícito se devuelve a la economía como dinero “limpio”. Una de las prácticas más comunes es utilizar un broker OTC, Over The Counter (Corredor de Venta Libre) como intermediario entre el comprador y el vendedor de las criptomonedas.

Esto se ha convertido en tema de gran debate, con algunos gobiernos hasta llegando a prohibir la negociación de estos activos digitales, como es el caso de China y Egipto, entre otros. Los gobiernos que no buscan implementar unas medidas tan extremas, se inclinan a esforzarse en establecer políticas que ayuden a evitar que se usen los criptoactivos para lavar dinero o financiar actividades ilícitas.

A pesar de las grandes preocupaciones que existen, no hay ninguna evidencia que indique que los usuarios de Bitcoin tienen mayor tendencia a participar de actividades ilegales. Inclusive, según el Reporte de Crimen Cripto de Chainalysis presentado este año, se lava más capital con dinero fiat que con criptomonedas. El reporte indicó que unos 33.000 millones de dólares se han lavado por medio de criptomonedas desde el año 2017 hasta ahora. Mientras que, según datos de la ONU, con dinero fiat se llegan a lavar hasta 2 millones de millones de dólares (billion en inglés) anualmente. De la misma manera, de acuerdo a la plataforma Criptonoticias, solo el 0.05% de volumen de transacciones de criptomonedas tienen fines de lavado de dinero.

Como lo muestran estos números, las transacciones que facilitan actos ilícitos representan una fracción muy pequeña del volumen total de transacciones. A pesar de que sí se ha comprobado de que el lavado de dinero por medio de criptomonedas existe, se puede apreciar que hay métodos existentes más fáciles para que las personas laven dinero, incluyendo al efectivo como la forma preferida de los delincuentes.

Pero, ¿Por qué si las transacciones con Bitcoin son anónimas, los delincuentes no las prefieren? Esto se debe a la tecnología Blockchain sobre la que se construye Bitcoin y las criptomonedas. Esta tecnología representa una especie de base de datos donde se registran todas las transacciones realizadas con información sobre las mismas, como fecha, hora, precio, cantidad, dirección de billetera, etc. Tomando en cuenta que al lavar dinero se intenta ocultar el origen y el destino del dinero, esta práctica se encuentra en conflicto con la transparencia que ofrecen Bitcoin y las criptomonedas.

Igualmente, las empresas y grandes instituciones financieras tienen la responsabilidad de estar anuentes de los métodos utilizados para lavar dinero y también tener procedimientos en posición para reconocer las actividades sospechosas y protegerse ante los intentos delictivos de los malhechores.

En conclusión, las criptomonedas poco a poco van convirtiéndose en uno de los medios principales para el intercambio de dinero, al tener mayor adopción en distintas industrias que ahora aceptan pagos por servicios por medio de criptomonedas; sin contar con las muchas utilidades que puede brindar la tecnología Blockchain para procesos más rápidos y transparentes. Dado todo esto, hay que implementar los debidos procesos para analizar dónde están los puntos críticos que habilitan las criptomonedas como método para lavar dinero, al igual que seguir desarrollando tecnologías y protocolos que ayuden a evitar estos tipos de crímenes.

Juan Hun

Fundador de Smart Financial Academy y especialista en Criptomonedas
- Leer más artículos de este autor -