La inteligencia no verbal




Estadísticamente hablando, la comunicación se divide de la siguiente manera: 7% es verbal (el uso de las palabras), un 55% se lo lleva el lenguaje corporal (gestos, posturas, miradas) y el 38% restante se lo adjudica la voz (volumen, tono, velocidad) y, aunque estas estadísticas no son nuevas y se han hecho libros, programas de capacitación y hasta series de T.V., el ser humano aún no está plenamente consciente del poder que tiene a la hora de comunicarse.

Hoy se habla de la inteligencia emocional, de hecho, el término fue utilizado por primera vez en 1990 por Peter Salovey de la universidad de Harvard y John Mayer de New Hampshire, como la capacidad de controlar y regular los sentimientos de uno mismo y de los demás, utilizándolos como guía del pensamiento y acción.

Posteriormente, Daniel Goleman con su libro Inteligencia Emocional es quien lo populariza, refiriéndose a las habilidades de conciencia de sí mismo, el manejo asertivo de las emociones y su expresión, el saber controlar los impulsos, la ansiedad, nuestros estados de ánimo, el cómo motivarnos y perseverar a pesar de las frustraciones, la empatía, confianza en los demás y claro, las artes sociales.

Sin embargo, ya hay un nuevo término que está calando cada vez más y las empresas de vanguardia se lo están tomando muy en serio, por demás, están logrando hacer magia. El término es Inteligencia No verbal (INV).

En la era de la tecnología y el impacto de la multiculturalidad en nuestras sociedades, se hace cada vez más necesario cultivar las habilidades no verbales de la comunicación, la mayoría de nosotros, intuitivamente la utilizamos y es muy frecuente que le cedamos protagonismo a la palabra, esto no significa que sea malo, pero como dije al principio, usted se está limitando a usar solo el 7% de sus habilidades comunicacionales.

La Inteligencia No Verbal está en la base de la inteligencia emocional y de la inteligencia social, nos permite conocer y comprender a los demás, adaptarnos al entorno, conocernos mejor, planificar y entrenar nuestras habilidades.

La Inteligencia No Verbal es saber utilizar los gestos y cuerpo en favor suyo, un gesto, una mirada, un tono de voz, una postura o una manera de vestir son algunos ejemplos de comunicación no verbal. Es estar plenamente consiente de una serie de códigos que utilizamos, a esto también podemos incluirle el uso del tiempo y del espacio, la gestión de las distancias personales, el aspecto, el olor que emitimos y el comportamiento táctil.

“Es estar plenamente consiente de una serie de códigos que utilizamos, a esto también podemos incluirle el uso del tiempo y del espacio”

Debe tomar en cuenta que la comunicación no verbal siempre está correlacionada al contexto, al tipo de relación o cultura en la que se tiene lugar. Una señal no verbal puede ser de lo más insignificante o totalmente decisiva, un sutil movimiento o un leve roce pueden cambiar el curso de una reunión a pesar de habernos esforzado en planear nuestra imagen o propuesta y, es aquí, donde las empresas, los CEO y las estructuras organizacionales flaquean.

De hecho, el 85% de los despidos en las empresas se dan por malas relaciones humanas, mala comunicación y por la falta de destreza y habilidades en esta área, ¿un ejemplo?, si usted es jefe… ¿es empático, da buenos días o entra como si aquí llegó el rey y los súbditos deben obedecer, incluyendo al cliente?

De 0 al 10… ¿En qué nivel está su Inteligencia No Verbal? ¿Se ha puesto a pensar que de ella depende su éxito en muchos casos? Es curioso que con frecuencia descubrimos, como si fuera nuevo, aspectos de la comunicación que nos han acompañado desde los orígenes de la humanidad.

Como estrategia de venta es clave, en el trato al cliente, marca una abismal diferencia, especialmente cuando sumamos actitud, según sea su desempeño, creará climas de confianza en lo laboral y familiar, aprenderá a escuchar, observar y sobre todo a preguntar, descubre técnicas de persuasión, se hace más empático, descubre cómo trabajar en equipo y además se hace más consiente de su yo.

A mi modo de ver, además de enseñar idiomas, gramática, matemáticas o ciencias las escuelas y universidades deberían ser la principal transmisora de conocimientos en esta parte fundamental de la comunicación, claro ¡si el sistema lo permite! Porque la realidad es que algunas empresas están llenas de, y aunque suene duro, “brutos emocionales”.

Todos nos comunicamos no verbalmente y no podemos dejar de hacerlo. Podremos cerrar la boca y dejar de hablar, pero no podremos dejar de enviar información a través de nuestra presencia, aspecto físico y lenguaje corporal. Cualquier persona, tenga el nivel de educación que tenga, la está utilizando en sus relaciones con los demás… ¡quién no se comunica, no existe!

La buena comunicación nace de una escucha activa. Cierro con esto y por favor no lo olvide amigo lector: todo comunica y la comunicación es como el eco: devuelve lo que comunica, ¡cuídela!