La economía creativa precisa la conversión de los talentos en ‘marcas’

La economía creativa precisa la conversión de los talentos en "marcas"




El desarrollo social sostenible es posible a través de la propiedad intelectual, el ramo del derecho que nació en la Revolución industrial de Europa en el siglo XI. Es una respuesta a América en el siglo XXI para llegar a los mismos resultados: el desarrollo de nuestras culturas e industrias creativas.

Hace 10 años, como poeta y abogada especialista en propiedad intelectual, empecé a sembrar el conocimiento y la herramienta de la materia de mi especialidad profesional así: —Si los países desarrollados producen y consumen sus propias marcas, Panamá debía poder también llegar a esa fase. —Había que darle entonces a los jóvenes las herramientas legales, comerciales y creativas que necesitaran para visualizarse y trabajar siendo marcas y no solo personas que emprenden.

En 2017, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) se activó en Panamá para visualizar aquella masa crítica de creadores capitulados como una industria, lo cual solo puede darse si existen empresarios del talento. Es decir, si quienes emprenden son empresarios formalizados, ya que con ello podemos medir y mapear esta nueva economía de marcas panameñas para que el Banco Interamericano de Desarrollo pueda entender el sector y crear financiamientos para ellos.

Al momento hemos participado de varios encuentros que unen a la empresa privada, las instituciones, los organismos internacionales, para hacer el diagnóstico del desarrollo de las industrias creativas en Panamá. Estamos muy felices de que los organismos internacionales apoyen al país en la búsqueda de los actores que estamos potenciando para lograr la generación de productos y servicios con impacto global. Esta es la filosofía que hemos sembrado en las 400 marcas de consumo local que como plataforma de emprendimiento que somos, protegemos y validamos.

Estamos en el despertar de un nuevo ciclo económico del mundo, en el cual la sostenibilidad, la espiritualidad y el valor de lo local se levantan como respuestas para recuperar el planeta, la salud del ser humano. En este nuevo escenario económico global, Panamá tiene mucho para crecer a través de las #NuevasMARCAS. (Este hashtag permite la identificación de los protagonistas de la tendencia en las redes sociales).

¿Pero quiénes son las #NuevasMARCAS de Panamá? Llamamos a las #NuevasMARCAS de Panamá a la generación de creadores, artistas, innovadores y autores que inician operaciones en el siglo XXI, con un pensamiento más globalizado que los anteriores movimientos creativos forjados en Panamá.

Después de 30 años de la invasión de Estados Unidos a Panamá, y con ello el cierre de círculos de enclave colonial que hacían muy difícil la maduración de una autoestima local, empezamos a ver un surgimiento de personas que creen más en sus raíces, más en sus sueños que pueden cristalizarse.

Esta “generación” de marcas son ahora los modelos a seguir por todos los jóvenes de universidades y escuelas donde ya se cuenta con experiencias prácticas de índole legal, comercial y creativa. Ahora puede emprenderse en Panamá. Algunos ejemplos: botas de lluvia como producto exitoso en un país tropical húmedo; restaurantes de gastronomía y creatividad afro; marcas de arte urbano nacidas en artistas jóvenes que generan productos de consumo masivo; centros terapéuticos para autismo, y centros de alimentación orgánica que rescatan la salud.

¿Cómo hemos logrado el crecimiento con propiedad intelectual? Pues, para que los jóvenes creadores pudieran enfocarse con disciplina en la creación de su estructura de labores, lo que poco a poco se les ha ido dando a estas marcas es mucho poder en el mercado, con todas las oportunidades que se le abren a un emprendedor cuando pasa de la informalidad a formalizarse y cuenta con las herramientas legales que le permitan abordar y enfrentar el mercado con propiedad.

Creamos un método de ocho pasos que les permite a los jóvenes llevar un hilo conductor de cómo formalizarse, crecer y generar oportunidades. El método está basado en la propiedad intelectual de todo el emprendimiento. En cómo la propiedad intelectual es una estructura, ya que son figuras legales que apoyan el pensamiento emprendedor para sentirse comprometido con lo que hace y a la vez enviarles un mensaje a los interlocutores del mercado, un mensaje de seguridad y de respaldo.

¿Qué hemos compartido con el Banco Interamericano de Desarrollo de estos avances? En este 2018 hemos realizado varias mesas de trabajo con el BID. Allí se mapean los sectores de la industria creativa y genera un mapa que nos conecte a todos, para que logremos el desarrollo sostenible de las iniciativas en que empresa privada–institución y organismos internacionales van en pro del talento de Panamá.

Podemos destacar de estas mesas los siguientes puntos: la ventaja de que sea un organismo internacional el que nos convoca; que nos podamos conocer actores y gestores que no nos conocíamos, o que nos conocíamos pero que aún no estábamos trabajando proyectos juntos; que nos expliquen cómo ya en otros países de Latinoamérica han logrado potenciar el sector a través de dinámicas de conexión de inserción laboral y a la vez estimulado las inversiones en industrias creativas.

Nos han solicitado también apoyar enviando las leyes que conocemos aplican a nuestros sectores, porque el Banco Interamericano de Desarrollo necesita que, como país, contemos ya con instrumentos legales coherentes para la industria, para así impulsarnos.

¿Cuáles son los consejos que daríamos? Nos parece superloable y meritorio en estos momentos que el BID apoye a Panamá, el ombligo del mundo, en generar la unión de industrias creativas de Latinoamérica desde nuestro país. Teniendo Panamá la característica natural de hub, se perfila como el nuevo boom económico del país.

Pudiéramos indicar las siguientes recomendaciones para los años siguientes: Tener claro que el conocimiento y la formación son los recursos que requerimos como país en desarrollo para evolucionar.

Que el contar como ciudadanos con disciplina y compromiso a nuestros emprendimientos garantiza el crecimiento de esta nueva economía. Que aprender a colaborar y hacer economía colaborativa con otros emprendedores es un factor importantísimo de crecimiento. Que el formalizarte y ser una marca te abre puertas y te conecta con grandes marcas, lo cual genera oportunidades y te empodera para sentirte seguro de lo que haces. Que el desarrollo sostenible de América lo vemos en sus marcas reconocidas ya en ocasiones en el mundo y que Panamá es el hub de esta nueva generación de nuestro continente.