En la recta final para lograr acuerdos y reestructurar las deudas con los bancos

Los clientes con créditos en alivio financiero tienen hasta finales de septiembre para lograr acuerdos con los bancos. Foto: Katiuska Hernández




Acercarse a los bancos y negociar una solución personalizada para cada cliente es la recomendación a pocos días para que termine el período para lograr acuerdos de los créditos en alivio financiero.

A pocos días de vencer el plazo para que los clientes bancarios afectados debido a la pandemia por Covid-19 lleguen a acuerdos con sus las diferentes entidades financieras, la Superintendencia de Bancos de Panamá señaló que aún hay mas de 400 mil préstamos por reestructurar, con un saldo de $14 mil millones.

Esta situación plantea varios retos a gestionar tanto para los bancos como para sus clientes con préstamos modificados.

Un primer punto a considerar es que aquellos clientes que no se acerquen a conversar con su banco y busquen la forma de reiniciar sus pagos o reestructurar sus deudas se considerarán morosos con las implicancias que conlleva esto en su historial de pago (APC) que hasta hoy está “congelado” en la condición que tenían pre-pandemia, y para los bancos implicará reconocer provisiones sobre esos créditos de clientes de mayor riesgo y condición crediticia deteriorada.

Un segundo punto clave es que debe existir voluntad de pago de parte de los clientes con problemas, así como realismo y flexibilidad por parte de los bancos ante una situación que ha afectado a todos. No hay una única solución o salida, y considero que hace bien la Superintendencia en permitir que sea la negociación directa entre banco y cliente, la que permita llegar a un acuerdo de pago, ajustado a cada situación especifica.



Sabemos que los bancos están optando por diferentes salidas: periodos de gracia de capital e intereses y/o periodos de gracia de solo capital por un tiempo determinado, extensión del plazo del crédito original para lograr bajar el importe de la cuota a pagar (que está constituida por capital e intereses), reducción de la cuota a pagar manteniendo el plazo original pero generando una cuota balloon o final. En este ultimo caso, si bien se consigue el objetivo de reducir el importe de la cuota en el corto plazo, la cuota balloon final implica que hay un capital de la deuda que no se ha amortizado en ese periodo y sobre la cual solo se ha pagado intereses. Lo que se espera en este caso, es que la situación del cliente mejore a futuro y sea lo suficientemente solida para poder pagar la cuota balloon totalmente y/o amortizarla y refinanciarla en un plazo adicional.

Más allá de la solución que se acuerde, en mi opinión lo más relevante es que los clientes bancarios se acerquen a explicar su situación y buscar una salida. El criterio de un cliente; es decir, su solvencia moral para asumir sus compromisos, es en este tipo de circunstancias muy importante. Es clave también que los bancos demuestren realismo, responsabilidad y empatía para lograr esos acuerdos de pago. El lograr un ciclo crediticio normal es tarea de todos.