El reto de quedarse en casa en una propiedad horizontal

El reto de quedarse en casa en una propiedad horizontal




Todos los inmuebles sometidos al régimen de la propiedad horizontal cuentan con áreas comunes y muchas de ellas son parques y/o áreas de amenidades las cuales en estos momentos de cuarentena se han convertido en áreas de socialización y de práctica de todo tipo de actividad física, por el cierre de los gimnasios y salones de eventos.

Hay propietarios que salen a realizar diversas actividades físicas dentro de su PH, en el horario de salida autorizado por el Ministerio de Salud. Pero una rápida lectura de la instrucciones de las autoridades de salud se concluye que las dos horas de salida son para ir a buscar alimentos, medicinas o ir al banco.

Es cierto que la cuarentena nos hace sentir como presos que solo tienen una o dos horas “de patio” al día y cada segundo de esa “libertad” hay que aprovecharla. Al igual que esos presos, los propietarios se excusan diciendo que mantienen la distancia social con otros propietarios que pudieran encontrase en sus dos horas de ‘libertad’.

Quédate en casa no significa el uso autorizado de las áreas comunes en las dos horas de libertad. Casa tiene una sola definición: es el lugar en donde tienes tu asiento de familia, tu hogar, tu residencia, el lugar en donde pernoctas.

Nos encontramos con todo tipo de mala interpretación de la orden del Minsa, no solo de parte de los propietarios, también de los administradores y juntas directivas. Por ejemplo, en los barrios residenciales o barrios cerrados, negarle la entrada hasta la casa del propietario a los “deliverys”.  Esto obliga a ese propietario a salir de su casa para ir a pie o en auto a la garita a recibir el pedido. O sea, se obliga al propietario a incumplir la norma de ‘quédate en casa’.

La administración de los PH permite que los adultos mayores (sin definir qué es adulto mayor) salgan a caminar en sus horas de libertad. No los están cuidando, los están exponiendo. Para ese tipo de persona los demás propietarios deben ser solidarios. La administración debe motivar que se les brinde algún tipo de ayuda, por ejemplo, que los propietarios se turnen para acompañarlos en su unidad inmobiliaria.

Previamente la administración debe hacer un censo en su PH para conocer la condición de cada residente. Si están solos, si hay niños o mayores enfermos, en qué condición, qué tipo de ayuda necesitan. Es posible que algunos de ellos necesite comida, pero por vergüenza no lo dicen. A eso debe estar orientado el administrador, pero no solo en los tiempos del coronavirus, en todo momento, pero es urgente que haga un papel más pro activo.

La solidaridad entre vecinos debe estar orientada a las personas, en primer lugar y en segundo a los temas de administración, mantenimiento, custodia, etc. El pago de la cuota de gastos comunes es esencial. Cuando la solidaridad está orientada a las personas, incluimos en ella el pago de la cuota de gastos comunes. Su pago puntual hará que el PH se mantenga funcionando lo más óptimo posible dándole a los propietarios la seguridad y confort que ellos demandan y no será necesario que limpien pisos, recojan basura, hagan de guardias de seguridad, etc.

Si hay propietarios morosos el administrador debe acercarse a ellos de la manera más reservada posible y buscar soluciones. Se debe aceptar los pagos parciales, los abonos, no cobrar recargos, no cortar servicios básicos. En definitiva no hacer más dura la situación de la cual no escapa nadie.

Hay propietarios que por haber quedado sin ingresos se las han ingeniados para hacer de sus cocinas una forma de ganar dinero, cocinando para vender comida. Sin entrar el tema de si está bien o mal, el administrador debe conversar con esos propietarios y tomar algunas medidas, que en mi opinión son urgentes, considerando entre otros factores que las cocinas son domésticas y no industriales y que no funcionan igual ante un demanda de uso extraordinaria y que el espacio de la unidad inmobiliaria no está diseñado para esa actividad.

Debe, por ejemplo, asegurarse con los Bomberos que no hay un peligro de incendio; que haya un extinguidor de incendio; si instaló trampa de grasa; etc. Hay que estar pendiente del consumo de gas. Lo más importante es que ese administrador haga firmar un acuerdo de temporalidad de esa actividad; no puede ser permanente.

Hay que establecer un sistema para los que lleguen a retirar comida ya sea los propios comensales, pues la venta no autoriza a tener un restaurante y a los deliverys que lleguen a retirar los envíos no deben subir a la unidad inmobiliaria. No deben pasar del área de recepción. Ellos están en la calle y no sabemos que posibilidad de que sean portadores asintomáticos del coronavirus.

Sin duda alguna el mandato de quedarse en casa impone muchos retos y más si se convive en comunidad en propiedades horizontales.