Cómo mejorar la interconexión logística local y atraer inversiones

Existe una oportunidad de oro para rescatar y articular modelos que ayuden a conectar cargas con una red de terminales marítimas auxiliares. Román Dibulet




En las últimas semanas, es probable que algunos inversionistas se hayan cuestionado la viabilidad de establecer operaciones de distribución, principalmente desde Colón y Ciudad de Panamá hacia el Oeste del país y Centro América. Desde una óptica de transporte de carga para consumo estrictamente local y a partir de las interrupciones que en forma sostenida se han presentado en la red vial, se ha podido experimentar cuán frágil puede llegar a ser la cadena de suministros local.

“Cuándo, cómo y a qué costo llegaré” es la pregunta que tanto civiles como empresas se han hecho en las últimas semanas. Estos cuestionamientos pueden entenderse como un desencadenante de ideas y oportunidades de gran impacto en nuestro país. Transportar carga en sentido Este-Oeste por Panamá, en términos de distancias, puede equivaler a un transporte de trasbordo en cualquier país o bloque económico en el mundo. No obstante, en el caso de Panamá, completar estas travesías manteniendo indicadores de eficiencia y efectividad puede llegar a ser un gran desafío para los agentes económicos que se valen de las infraestructuras existentes para mantener cual sea su interés o negocio. Desarrollar infraestructura para la habilitación de rutas marítimas (cabotaje) y aéreas domésticas como alternativas resilientes a un modelo de abastecimiento que hasta la fecha ha sido altamente dependiente de las rutas y frecuencias terrestres.

¿Qué hacer y a partir de dónde actuar? Naveguemos hacia adelante con las luces altas y pensando en grande. Para efectos de esta entrega, está demás mencionar que Panamá cuenta con una plataforma portuaria envidiable en la región, no obstante, existe una oportunidad de oro para rescatar y articular modelos que ayuden a conectar cargas con una red de terminales marítimas auxiliares y una red aérea internacional y doméstica con holguras suficientes para soportar demanda de tráfico.

En el caso de la red de terminales marítimas auxiliares, las condiciones y configuraciones en las que se observan, así como la oferta de valor de cada una necesita ser revisada y desafiada con una visión de futuro y con el ciudadano y consumidor en el centro, de manera de poder capturar, incluir y sostener el interés de los mismos actores y de los grupos que tradicionalmente han optado por mantenerse interactuando con un modelo de transporte por carretera.

Se hace necesario evaluar variables naturales habituales como superficies disponibles y calado, así como variables técnicas asociadas con la interconexión con otros modos de transporte (RoRo), servicios auxiliares a la carga, conectividad digital y capacitación del personal requerido para gestionar adecuadamente cada nodo de actividad. También, es importante considerar variables financieras, comerciales, ambientales y de impacto social como parte de un proyecto integral de desarrollo de estos espacios de actividad.

Nuestra experiencia en el sector logístico sugiere que es normal encontrarse que el mismo actor que produce es el que va armando su flota de extracción y de despacho de productos, asumiendo los correspondientes riesgos operativos y financieros. Esto sin incluir, posibles contextos de asociación, cooperativas y gremios que pudieran entenderse inicialmente desplazadas por la habilitación de alternativas de distribución Este-Oeste-Este. De ahí que se haga imperativo considerar a todos los actores en el centro de cualquier modelo a evaluar e implementar.

Trayendo al escenario un modo adicional al modelo logístico doméstico panameño, se debe rescatar el hecho de que Panamá cuenta con varios aeropuertos internacionales y aeródromos en varios puntos estratégicos que pudieran servir como punto de abastecimiento y de interconexión con capacidades de despacho de última milla. Panamá cuenta con una configuración geográfica que le permitiría sacar mayor provecho comercial a sus costas y espacio aéreo, no obstante, los modelos de negocio que puedan proyectarse deben considerar a todos los actores y grupos de interés en la ecuación, de manera que las dinámicas que puedan generarse a partir de inversiones en estos nodos de conexión y encuentro puedan generar economías sostenibles a partir de modelos integrados de transporte.

 Jorge Townshend Camazón

Gerente de Asesoría en Operaciones de KPMG
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