Sin miedo a exportar

Sin miedo a exportar




Solo la convicción de Katia Serracín de volver a realizar exportaciones impidió el cierre de Panama Gourmet Foods, otra empresa local con experiencia en el exterior.

La empresa elabora productos orgánicos gourmet y tiene para este año la meta de regresar a los mercados foráneos. Busca enviar su oferta de condimentos, salsas y conservas, y posicionar otra línea alimenticia valorada más que nada en Europa: la de frutas tropicales deshidratadas.

Esta primavera, sin embargo, fue precedida por tres años consecutivos catalogados ahora por la propietaria como “un bajón fuerte y grande”. Una ciénaga comprendida entre finales de 2012 y 2015, cuando varios factores impidieron un crecimiento acorde con el registrado por Panama Gourmet Foods desde sus inicios en 2001.

La moral corporativa se mantuvo pese a todo, con la confianza de la propietaria, más la insistencia de clientes urgidos de alimentos procesados por una empresa cuyos productos han merecido reconocimientos locales e internacionales.

A propósito, esta pyme integrada por 10 trabajadores elabora alimentos propios para venderse de manera directa, o a terceros interesados en un portafolio de productos con una denominación diferente a la de Panama Gourmet Foods. “Podemos desarrollar propuestas de cualquier índole. Nos han llegado solicitudes de personas que tienen el sueño de recuperar la receta de su abuela, un ají por ejemplo”. La empresa sabe dar con esas recetas, pero además brinda apoyo profesional en los trámites de registro sanitario o ante diversas autoridades, y se involucra en el diseño de envases y etiquetas para ayudarle al cliente en su presentación en tiendas y supermercados.

Sin miedo   a exportar

Sin miedo a exportar

Tal suficiencia estuvo a punto de perderse, en especial por la falta de un crédito para construir y adecuar las instalaciones de la empresa y comprar equipamiento y obtener registros sanitarios. Al menos 10 entidades financieras le negaron un préstamo a una pyme “sin miedo a exportar” y con el antecedente de haber vendido jugos de noni orgánicos en Taiwán, Alemania, Chile y Estados Unidos. Y contenedores de jugo de aloe vera en Dinamarca.

Pero todo invierno termina: un familiar y un amigo de la infancia pusieron la suma. Se remozó la casa donde se elaboran los alimentos, se hicieron las ampliaciones, se instalaron los equipos, se devolvieron las llamadas a los clientes y otra vez los aromas se sintieron en la cocina industrial de la empresa, que había empezado su recuperación. Primero registró 7 productos entre propios y de pedidos de terceros, y en 2017 apuntaló otros 22. El año pasado fueron 5. “Tenemos otros 4 en proceso”.

Nunca productos de bajo precio, porque en tal caso a una empresa del tamaño de Panama Gourmet Foods se le suben los costos de producción.

La pertinacia de la empresaria se observa en su participación en los cursos de formación para exportadores del Ministerio de Comercio e Industrias y en ferias internacionales vinculadas con alimentos y bebidas. Dice que con el MICI ha estado en Corea del Sur, Holanda, España, Alemania y Estados Unidos. Que ha ido a ruedas de negocios en Bolivia, Perú y Colombia. Y que cuenta con la asistencia del Banco Interamericano de Desarrollo y del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura.

Los propósitos exportadores de 2019 van por ahora en el establecimiento formal de una relación comercial con un distribuidor en Canadá, aunque otros mercados están en estudio. En esta etapa, dice como un consejo, ha sido “fundamental” la experiencia en supermercados como Rey y Riba Smith. “Las tiendas y los supermercados en el exterior son muy rigurosos con los requisitos que acreditan la experiencia de uno. Piden certificados, registros sanitarios y videos y miran las redes sociales”.

Superadas estas pruebas, empiezan los pedidos. Según la operación de Panama Gourmet Foods serán enviados condimentos, conservas de pixbae, salsas de ají y posiblemente frutas tropicales deshidratadas, todo bajo el esquema de alimentos gourmet. Saben que cuando se trata de estas delicias exóticas, los consumidores no escatiman en precios.