Miami busca sus propios ‘iguanacornios’ tecnológicos

Miami busca sus propios ‘iguanacornios’ tecnológicos




(AFP)  Miami trae evocaciones de fiesta en la playa, caimanes desorientados en las piscinas e iguanas que caen de los árboles. Pero la ciudad de «Scarface» y «Miami Vice» se está transformando además en un ecosistema tecnológico que busca sus propios «iguanacornios». Esta sería una mutación local de los «unicornios», como se conoce a las empresas tecnológicas que superan los 1.000 millones dólares.

Miami aún está lejos de Silicon Valley o Nueva York en esta materia, pero comienza a posicionarse como «centro tecnológico» y ya cuenta algunos unicornios: ParkJockey en el negocio de los estacionamientos y Magic Leap en el de la realidad virtual, por ejemplo.

En busca de surfear temprano esta ola, las firmas llamadas «aceleradoras» -que invierten en nuevas empresas tecnológicas y las asesoran en sus primeros pasos- comienzan a aparecer en el sur de Florida. Dos de las principales son 500 Startups, que abrió una rama en Miami el año pasado, y TheVentureCity, fundada hace dos años con la idea de ofrecer a latinoamericanos y europeos las oportunidades de las que carecen en Silicon Valley por falta de contactos.

«No todo el mundo viene de Stanford, de Columbia, del MIT y tiene sus ‘networks’ desarrollados en San Francisco», comenta Laura González-Estéfani, exejecutiva de Facebook  y cofundadora de TheVentureCity.

La idea de su empresa «es identificar a los mejores emprendedores que están fuera de Silicon Valley, y ayudarlos», dice a la AFP.

A estos emprendedores los llama, bromeando, «iguanacornios». «Es la forma como calificamos a los unicornios que vienen de centros tecnológicos emergentes», cuenta. A tono con el concepto, su oficina está decorada con unicornios y sus reinterpretaciones reptilianas adaptadas al hábitat floridiano.

Ana González, ejecutiva de 500 Startups Miami -que tiene sede en Silicon Valley-, coincide en que «el ecosistema [de esta ciudad] está en un punto de inflexión». Su objetivo es, también, «conectar los recursos y la experiencia de Silicon Valley con Latinoamérica y Estados Unidos», dice.

Tal vez el cosmopolitismo de Miami sea discutible, pero su globalismo es incuestionable. Latinoamericanos, europeos y rusos saltan de la croqueta cubana al syrniki ruso con sólo cruzar la calle.

El 53% de sus 2,7 millones de habitantes nacieron en el exterior. Después de todo, como bromean los locales, Miami es la única ciudad extranjera que los estadounidenses pueden visitar sin el pasaporte.

Esta diversidad les ofrece a las startups un acceso privilegiado a los mercados de la costa este de Estados Unidos, Latinoamérica y Europa, según expertos del sector. A esto se suman los bajos impuestos, los bajos costos de vida respecto de San Francisco y Nueva York, la ubicación geográfica y el buen clima –huracanes aparte.

«Un gran porcentaje de nuestros emprendedores no son de aquí», comenta Brian Breslin, director del Centro de Iniciativa Empresarial de la Universidad de Miami. «Ya vengan de Sudamérica, Europa u otras partes de Estados Unidos, lo hacen por el estilo de vida, los costos de vida, la seguridad y el acceso a los distintos mercados», dice a la AFP.

Según el Global Startup Ecosystem Report de 2019, una empresa que analiza la salud de los «ecosistemas tecnológicos» en el mundo, Miami es una de las diez ciudades que emergieron este año como uno de los 30 ecosistemas para startups más importantes del mundo. Los empleos en el rubro tecnológico han aumentado 40% entre 2012 y 2018, según el informe.

Falta el factor cíclico para que esta ciudad se establezca como «centro tecnológico», según Breslin. «No hemos alcanzado la cumbre todavía», dice el experto. «En la mayoría de las comunidades tecnológicas, la gente que trabaja en Facebook , o en Google, gana un montón de dinero y luego comienza su propio negocio».Refiriéndose a las startups de Miami, prosigue: «Estamos llegando al punto en el cual ellos ya ganaron mucho dinero (…) y darán un giro y crearán una próxima oleada de negocios. Estamos justo antes de ese punto»