Tiempo para depurar los créditos y negociar con los bancos

Hasta el 25 de junio según la Superintendencia de Bancos de Panamá 490 mil 412 clientes tenían créditos modificados por un total de 15 mil 968.76 millones de dólares. CORPRENSA/ ROBERTO CISNEROS




Entre julio y septiembre se abre el compás para la reestructuración de los créditos, lograr nuevas condiciones de pago y llegar a acuerdos flexibles entre clientes y los bancos. Arturo Carvajal, socio consultor de KPMG, analiza las medidas financieras.

Tres meses tendrán los bancos y los clientes para lograr acuerdos que permitan definir por una parte a las instituciones financieras la recuperación de los préstamos que han dejado de cobrar, por estar en alivio temporal y por el otro lado, para que los usuarios logren convenios que les permitan cumplir con esos pagos.

Las entidades bancarias deben ver la capacidad económica de los clientes afectados y evitar a toda costa la ejecución de las garantías y perder sus bienes. Así resume Arturo Carvajal, socio consultor de la firma KPMG, el compás que abrió el Ejecutivo y la Superintendencia de Bancos de Panamá para reestructurar los créditos de forma flexible hasta el 30 de septiembre.

Es importante aclarar que ya no habrá alivio financiero ni moratoria automática extendida. Lo que se abre a partir del 1 de julio, es una nueva ventana de tres meses para que los deudores se acerquen a los bancos y puedan reestructurar sus deudas según su capacidad económica”, afirma Carvajal.

Sostiene que en este último año, debido a la crítica situación económica derivada de las medidas por la pandemia que generó la suspensión de contratos, pérdida del empleo o reducción de la jornada laboral, se produjo una peligrosa “cultura de no pago”, que ahora le puede pasar factura tanto al sistema financiero como a los deudores, si no entienden la necesidad urgente de ponerse al día y lograr nuevos acuerdos para cumplir con sus compromisos.

Tiempo para depurar los créditos y negociar con los bancos

Arturo Carvajal, socio consultor de KPMG indica que es fundamental lograr acuerdos en estos tres meses para que los clientes se pongan al día con los préstamos. CORPRENSA/ ROBERTO CISNEROS


Arranca la cuenta

Arturo Carvajal prevé que luego de este tiempo de negociación, se reflejará la verdadera cantidad de créditos que están en mora en el sistema y cuáles se podrán recuperar y cuáles no. Pues hasta ahora no se reflejaba la realidad de la cantidad de días en mora y el posible incumplimiento.

El reloj de la mora comenzará a marcar y contar esos días”, acota Carvajal, al indicar que si se determina un gran volumen de incumplimiento los bancos tendrán que elevar sus reservas para dar cobertura y mantener la salud del sistema financiero.

En todo este proceso, menciona que será clave la habilidad de los bancos para negociar, dar respuesta a los clientes, conocer el perfil de pago de los deudores, recuperar los préstamos modificados y evitar ejecutar las garantías (confiscar bienes) lo que puede producir una tensión social innecesaria, además de ser un mal negocio para la industria financiera. “Es mejor recuperar esos préstamos y lograr acuerdos que permitan a los clientes comenzar a pagar”,insiste.

La palabra clave en todo esto será la depuración de la cartera para los bancos y la reestructuración masiva de estos préstamos, durante estos tres meses, añade el experto financiero.

“Lo que hemos visto hasta junio de 2021 es una disminución de los créditos modificados, por ejemplo, hasta el 18 de junio el saldo era de $16 mil 179 millones. En comparación con junio de 2020 la disminución de estos créditos modificados es de 40%”. Acota que a lo largo de estos meses se ha visto una mayor preocupación por llegar a acuerdos en préstamos de autos que de viviendas en el caso de la cartera de personas. Y para las empresas, los sectores con menos arreglos de los créditos modificados está en el sector de hoteles y restaurantes, los más afectados por la pandemia.

Hasta el 25 de junio según la Superintendencia de Bancos de Panamá 490 mil 412 clientes tenían créditos modificados por un total de 15 mil 968.76 millones de dólares en 39 bancos. En el caso de la banca de personas, los préstamos modificados de tarjetas de crédito suman mil 138 millones de dólares y abarca a 180 mil 301 clientes; en el caso de créditos hipotecarios los préstamos modificados de este segmento es de 6 mil 397 millones de dólares de unos 95 mil 110 clientes; los créditos de autos con alivio financiero suman 547.30 millones de dólares de un total de 61 mil 153 clientes y los préstamos personales modificados que abarcan a 135 mil 352 clientes suman mil 90 millones de dólares.

Para Carvajal el trabajo de la banca se enfocará en que esa cantidad de créditos que han estado en alivio, es decir, como en suspenso, desaparezcan y se depure la cartera de créditos, para que pasen a las condiciones de préstamos que se tenían antes de la pandemia y se comience a normalizar la situación.

Es el momento para lograr algún tipo de reestructuración del crédito que se tenga, sea tarjeta de crédito, hipoteca, préstamo de auto, o personal al igual que para los préstamos comerciales otorgados al sector empresarial”.

Parte de las soluciones están enfocadas en el cambio de las condiciones de pago, plazos y hasta intereses de esos préstamos con el ofrecimiento y cambio de productos financieros. Propuestas para llegar acuerdos de pago, cambios de tarjetas de crédito a préstamos personales o la consolidación de las deudas, además de mayores plazos y letras más flexibles según la situación socioeconómica de las personas. “Esto será gradual, no en todos los casos las personas podrán volver a pagar el 100% de las letras como estaban antes de la pandemia, van a tener que llegar a un acuerdo en estos tres meses y negociar un monto del pago y plazos flexibles”, precisa Carvajal.

El consultor de KPMG menciona que hay que entender que las personas siguen con la incertidumbre ante esta tercera ola de contagios del coronavirus y no saben si empeorará nuevamente la situación del país y por ende su panorama laboral, por lo que tratarán de conservar algo de liquidez para enfrentar una futura crisis.

El consultor de KPMG recomienda tanto a las personas naturales como a las empresas revisar a lo interno el presupuesto de ingresos y gastos y determinar de esos compromisos cuáles son esenciales y qué cantidad de recursos se tiene disponible para comenzar a pagar las deudas. Para Carvajal, esta es un ventana de tiempo que debe ser aprovechada tanto por la banca como por los clientes y no esperar a último momento para poner las cartas sobre la mesa.



Katiuska Hernández

Reportera economía y Martes Financiero. Equipo multimedia.
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