Sangre nueva en la banca

Sangre nueva en la banca




La junta directiva de la Superintendencia de Bancos de Panamá tendrá dos nuevos integrantes. Uno de ellos, el abogado Felipe Echandi, anuncia que ayudará a modernizar los servicios financieros del país, para que den el salto a la era digital.

Londres, diciembre de 2011. Considerada el Vaticano de la industria financiera global, la City es sobrevolada por un cuervo que con el tiempo se llamará Brexit. Esta área de negocios ubicada en Londres teme la decisión del primer ministro David Cameron de vetar el acuerdo fiscal con Europa para proteger al Reino Unido, según un artículo de la BBC. El presidente de Francia, Nicolás Sarcozy, responde al veto de Cameron diciendo que la City es un gran paraíso fiscal en las costas de Europa.

La City, de acuerdo con la BBC, es un entramado de “casi 2 kilómetros cuadrados en el centro” de la capital de Inglaterra y del Reino Unido, donde “viven 9 mil personas y en los que cada día entran a laborar 350 mil trabajadores”, el 80% de ellos del sector financiero.

Bajo la sombra del cuervo y sobre la hierba del “paraíso” acusado por Sarkozy, van brotando las startup denominadas fintech o emprendimientos tecnológicos financieros. Los retoños tecnológicos fundados en ese año se ejemplifican con TransferWise, un instrumento digital creado para facilitar el intercambio y la transferencia de divisas de persona a persona.

Panamá, diciembre de 2011. La Contraloría General de la República redondea en 11.3% el crecimiento económico del año en Panamá, mientras que organismos multilaterales suben la barra a 11.8%. La banca del istmo apoya actividades pujantes de la economía como la construcción y el retail, y crecen los préstamos personales. Después de Brasil, el istmo es el país más bancarizado de América Latina según la simetría entre número de sucursales bancarias (90) y cajeros automáticos (28) por cada 100 mil habitantes.

Ninguna noticia se tiene de las fintech en Panamá, aunque un contado número de entusiastas digitales se obsesiona ya con la digitalización de la industria financiera global. El bitcóin empezará su galope global. El abogado panameño Felipe Echandi sostuvo en un reportaje de Martes Financiero que habría financiado parte de su maestría en London School of Economics si hubiera adquirido la divisa digital cuando costaba centésimos de dólar.

Sangre nueva en la banca

Sangre nueva en la banca

Panamá y Londres

El pasado martes el presidente Laurentino Cortizo decretó el nombramiento de Felipe Echandi, junto a Rafael Guardia Pérez, en la junta directiva de la Superintendencia de Bancos de Panamá. Antes de la publicación de esta decisión, el abogado fue abordado por el ministro consejero de facilitación para la inversión extranjera. “Me contactó el ministro consejero Alejandro Rojas, que ha tomado un rol de promoción y modernización del país, y me comentó la preocupación del Gobierno por modernizar nuestros sistema financiero”.

Al otro día de la emisión del decreto volvió a sonar el teléfono móvil de Echandi. Esta vez era el superintendente de bancos, Ricardo Fernández. “Él me llamó y me dio la bienvenida” y me dijo que “vamos trabajar en nuevas iniciativas”.

Por el lado del abogado, a sus 31 años de edad la respuesta no podía ser otra que la consabida disposición de aprendizaje. “Hay mucho que aprender de la gente con experiencia. Esa es la ventaja de esta juventud para complementar la gran experiencia que tienen los demás actores, y así se lo dije al superintendente cuando me llamó”.

Las inquietudes del Gobierno recaen en “darle a la población más acceso a los servicios de financiamiento y en ponernos al día” en comparación con jurisdicciones de relevancia financiera global. Echandi ha seguido atento —con obsesión, dice él— el devenir digital de los centros financieros como Londres y Singapur, para compararlos con el hub panameño. En este último decenio pudo conocer en la teoría y en la práctica qué tanto avanzan aquí y allá los negocios de intermediación del financiamiento. Y completó sus estudios de abogacía y terminó dos maestrías en la Universidad de Austin, Texas, y en London School of Economics, como ya se dijo.

En ese lapso ganó experiencia profesional como abogado del departamento del mercado de capitales de la firma Arias, Fábrega & Fábrega. Estuvo en el banco HSBC antes de este convertirse en Banistmo, trabajó en Wells Fargo y fundó el gremio PanaFintech. Y creó con otros dos panameños la startup Cuanto, especializada en facilitarles a los comerciantes latinoamericanos la aceptación de pagos al instante con tarjetas de crédito.

“Este es el primer paso para construir servicios financieros modernos para los creadores y empresarios de la región”, enuncia la reseña de la red social Linkedin sobre Cuanto.

Con la fintech obtuvo, para decirlo de alguna manera, un “doctorado” en captación de financiamiento para emprendimientos digitales, pues logró hace unos meses un respaldo de 1,6 millones de dólares en Y Combinator, la aceleradora que funciona en Silicon Valley.

Así que Echandi lleva estudiando la evolución de la City londinense desde el principio de este decenio, en particular la evolución de las fintech hasta constituirse estas startup en las responsables de generar allá 60 mil empleos el año pasado y de que en 2017 se captaran inversiones en capital de riesgo por más de mil millones de dólares, sostiene el estudio publicado por el Banco Nacional de Comercio Exterior y titulado Fintech en el mundo, la revolución de las finanzas ha llegado a México.

“Londres pudo crear su ecosistema fintech en menos de una década. Nada de esto existía antes en esa ciudad, que es ahora el centro del mundo de los financiamientos tecnológicos”. Echandi profundiza diciendo que en el ejercicio del derecho bancario descubrió “la nueva manera en la que se hacen las cosas”, para saber el punto preciso en el que la tecnología despidió de la industria financiera los usos manuales, análogos, y le abrió la puerta a lo digital.

La junta

El nuevo y más joven integrante de la junta directiva del regulador bancario panameño se había empleado a fondo en debates y conferencias con agentes públicos y privados, gremios y centros de estudio, durante el gobierno pasado con motivo del proyecto de ley 629 para la modernización del sistema financiero internacional de Panamá.

Echandi se volvió fuente de consulta de diversos agentes y evangelizador de las fintech en foros de emprendimiento, pero una vez formalizado y paralizado el proyecto legal en la Asamblea Nacional, se convirtió en “una voz incómoda”, sin que se fastidie con este estatus. “De vez en cuando hay que hacerlo para que las cosas caminen”.

Los reparos formulados a nombre de PanaFintech al proyecto legal se dirigieron a que aun siendo aprobado, Panamá “seguirá desfasada” en sus regulaciones bancarias relacionadas con innovación financiera y fintech.

En la “inconveniencia de restringir la proliferación” de nuevos modelos de negocios y soluciones, incluyendo los criptoactivos. En que la regulación panameña “no puede ser más restrictiva” que la de mercados más grandes en “competencia con nosotros”.

Y en la “contradicción” de que por un lado se pida “equidad regulatoria” y por el otro se soliciten limitaciones a actividades de entidades financieras especializadas y centros de financiamiento colectivo.

En medio de estas opiniones de PanaFintech, encalló el proyecto de ley en la Asamblea. El movimiento de los emprendimientos tecnológicos financieros, por lo menos en Panamá, se quedó sin un marco regulatorio.

En cambio México, país visitado por Echandi hace tres semanas, promulgó la norma pertinente para supervisar y promocionar el funcionamiento de al menos 400 emprendimientos financieros tecnológicos, y acaba de poner en funcionamiento 85 aplicaciones creadas para facilitarles a las personas el acceso de los servicios financieros.

Los servicios financieros se están integrando a múltiples actividades económicas, cuando hace un tiempo, algo más de una década, una misma entidad hacía préstamos hipotecarios, personales, para automóviles o para gestionar una empresa de cualquier escala.

Las fintech tienen diversos propósitos, además de los financieros, según Echandi: gestionar pagos, transferir fondos, asesorar inversionistas, mejorar y equilibrar las finanzas personales; y realizar préstamos, crowfounding, neo-bancos y otras posibilidades individuales y corporativas.

“Un paso en firme para crear un ecosistema fintech es tener una base de datos y lograr una comunicación en sus gestores”. En la práctica este diálogo se cumplirá, por ejemplo, con “la coordinación” de funciones del Tribunal Electoral, custodio de la información de las personas naturales, y el Registro Público, el locker donde están los currículos de las personas jurídicas.

En la meta de digitalizar la industria, propone “modernizar el regulador de bancos tomando las mejores ideas del resto del mundo para abrir realmente nuevos espacios, para que innoven los nuevos emprendimientos y las entidades tradicionales. La idea es que se abra el mercado y haya más opciones para los consumidores”.

Echandi llevaba tiempo sin ponerse una corbata. Una vez formalizada su designación, dice que se pondrá la prenda de vestir únicamente para asistir los martes en la tarde a las reuniones de la junta directiva de la Superintendencia de Bancos de Panamá.  La majestad de esta institución lo amerita.