El reto de los microempresarios de salir del círculo de la pobreza

Gran parte de los microempresarios están en situación de vulnerabilidad por bajos ingresos y además son informales. Gabriel Rodríguez




Las microfinanzas dirigidas a la población más vulnerable, para darle herramientas que les permitan emprender, crear fuentes de ingreso y escalar, puede ser una semilla más para transformar la condición socioeconómica de las personas que padecen pobreza crítica, sostiene, Javier M. Flores, director de la Fundación Microfinanzas BBVA, quien estuvo en Panamá para presentar el reciente estudio sobre indicadores de pobreza multidimensional que se elaboró en cinco países incluyendo Panamá.

El informe revela el perfil del microempresario y las falencias que tienen en materia de educación, salud, vivienda y acceso a servicios públicos como agua y conectividad de internet.

En el caso de Panamá, entre 24.3% y 33.7% de los microempresarios atendidos por Microserfin, vive en un hogar en situación de pobreza multidimensional.

“El 22% de los clientes es pobre y con carencias en los años de escolarización y saneamiento, mientras que el 13% de ellos además de ser pobres tiene privaciones en el acceso al agua potable”, revela el reporte.

Flores menciona que entre los emprendedores evaluados, más de 30% no tienen un baño adecuado en su casa, tampoco tienen acceso a agua potable, ni a cobertura de seguro social, viven en viviendas precarias, no lograron concluir la educación primaria y también tienen dificultad para conectarse a internet, bien sea porque no llega la cobertura o porque no pueden pagar los datos.

El director de la Fundación Microfinanzas BBVA reflexiona que la pobreza es un fenómeno muy complejo y es muy difícil de abandonar, porque muchas veces las personas mejoran su situación momentáneamente; pero siguen en alguna zona de vulnerabilidad y cuando ocurre un problema por ejemplo lluvias torrenciales o una enfermedad, vuelven a caer en el círculo de pobreza al perder su sustento e incluso sus viviendas. “Salir de esa trampa de pobreza es muy complicado”.



Refiere que al dar financiamiento, ayudarlos a emprender, a formalizar sus negocios, y mejorar las condiciones socioeconómicas de los hogares, hay una esperanza de que la siguiente generación, es decir los hijos de esos microempresarios, puedan escalar y salir de la pobreza y tengan más oportunidades de educación. “El sueño de los microemprendedores es darle más posibilidades a sus hijos y allí se está produciendo el cambio”.

Cobertura

Cerca de 3 millones de emprendedores reciben microcréditos de la Fundación Microfinanzas BBVA en Chile, Colombia, República Dominicana, Perú y Panamá.

Stephanie García Van Gool, directora de Desarrollo Estratégico de esta fundación, explica que la desigualdad territorial que existe en Panamá, se refleja también en el perfil socioeconómico de los microemprendedores.

El estudio detalla que los microemprendedores de la la región Este de Panamá son los que mayor incidencia de pobreza tienen: 57%, mientras que los de la región metropolitana de Panamá es de 19%; en el Oeste la cantidad de microemprendedores en pobreza es de 27.1% y en el Centro es de 36%. Siendo mayor la vulnerabilidad entre los hogares que tienen más cantidad de miembros, principalmente niños.



Edison Mejía, gerente general de Microserfin, precisa que de los más de 17 mil beneficiados con microcréditos en 2021 en el país, 44% están ubicados en zonas rurales. Además, el 87% de las personas que consiguieron un crédito por primera vez en Microserfin, se encontraba en vulnerabilidad económica según los ingresos de su negocio.

Explica que aquellos emprendedores cuyos negocios no alcanzan a adquirir una canasta básica para cada miembro del hogar se consideran extremadamente pobres. Los que la pueden comprar, además de otros bienes y servicios, se consideran económicamente pobres.

En Panamá, la línea de pobreza asciende a tener ingresos de $113 en zonas rurales y a $152 en zonas urbanas. En tal sentido el estudio revela que 21% de los que consiguieron un crédito en 2021, estaba en situación de pobreza (generaba menos de $149 mensuales por cada miembro del hogar). Y el 66% era vulnerable, es decir, con una renta menor de tres veces la línea de pobreza y con una alta probabilidad de caer en la pobreza (por debajo de los $446 mensuales por miembro del hogar).

El año pasado Microserfin otorgó créditos por cerca de $22 millones y este año esperan crecer entre 15% y 20%. “En 2021 la cartera de créditos creció 25% y se otorgaron más de 12 mil créditos, de los cuales 5,800 fueron a personas nuevas, y de esas 3,300 personas fueron incluidas por primera vez al sistema financiero”, refiere el gerente de Microserfin.

Sostiene que están enfocados en ayudar a los microemprendedores a mejorar la calidad de vida incluyendo programas para dar facilidades de mejora de la vivienda, y en el tema de acceso a la tecnología, buscan generar proyectos para llevar internet a más comunidades aisladas.



Uno de los pasos es que la aplicación móvil para gestionar la solicitud de créditos de Microserfin, que será presentada a finales de este año, pueda usarse con una tecnología que no requiere que las personas tengan datos, pues será cubierto por la institución.

En el caso de la educación, Mejía indica que buscan dar educación financiera y de negocios a los microemprendedores para que aprendan a tener más eficiencia y mejores resultados económicos.

En promedio 32% de las personas que reciben estos microcréditos en el país se dedica al sector agropecuario, 36% al comercio al por menor y 28% a actividades de servicio. Lograr que generen suficientes recursos para que puedan pasar el umbral de la pobreza y tener una mejor condición de vida es un constante reto.

El paso hacia la formalización

El director de la Autoridad de la Micro Pequeña y Mediana Empresa Ampyme, Óscar Ramos, asegura que los programas que ejecuta la institución buscan que esa gran cantidad de microempresarios y emprendedores pueda formalizarse y salir de la pobreza.

“Una de las vía para salir de la pobreza es a través del emprendimiento y este estudio de Microserfin refleja el impulso que pueden dar esos microcréditos”, dijo Ramos, al señalar que 70% de los beneficiados del programa de Capital Semilla, tiene ingresos por debajo de los 500 dólares mensuales, lo que los mantiene en vulnerabilidad y con riesgo latente de pobreza, por lo que se busca con este programa de otorgamiento de recursos sacarlos de esa situación.

Detalló que 2.5 personas dependen de los ingresos de estos microemprendedores y a su vez generan oportunidades de empleo a 1.7 personas en promedio por cada emprendimiento. “Hay muchas microempresas en la informalidad”, admitió Ramos al indicar que estas personas pueden registrarse en Ampyme como primer paso hacia la formalización de sus negocios.

Recordó que existen beneficios fiscales que ampara a los micro, pequeños y medianos empresarios y sostuvo que esperan que a finales de agosto esté activada la taquilla única para que se puedan registrar emprendimientos bajo la figura de Sociedades de Emprendimiento. Esta figura se rige por una ley que fue aprobada a finales del año pasado, pero al ir a Ampyme aun los emprendedores no se podrían registrar.

“Esto lo hemos estado trabajando con sectores como el Registro Público. Ya está casi listo este sistema para registrar y crear Sociedades de Emprendimiento y calculamos que a finales de agosto hagamos este lanzamiento para ayudar a formalizar a los emprendedores”, aseguró el director de Ampyme.





Katiuska Hernández

Reportera economía y Martes Financiero. Equipo multimedia.
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