En la última semana de protestas y bloqueos de vías principalmente en las zonas productoras agrícolas y pecuarias del país, los productores de leche grado A, registran la pérdida de 1.5 millones de litros que se destinan para el procesamiento de leche fluida.
A esto debe sumarse los daños en la producción de la leche grado C que se destina a las queserías y otras industrias que tampoco han podido colocar el producto por los bloqueos de las vías.
La cadena de producción de leche es una de las más frágiles porque el producto una vez ordeñado requiere una rápida refrigeración y tratamiento para ser aprovechado y que no se descomponga.
Los primeros días de los bloqueos y protestas, algunos productores de Chiriquí, pudieron almacenar la leche en sus propias fincas en tanques refrigerados por un tiempo y luego los camiones cisternas llevaron el producto hasta los centros de acopio de algunas lecherías.

Miles de litros se han perdido debido a que por los tranques y falta de combustible no se pudo garantizar la cadena de frío de la leche. Cortesía.
Pero al cabo de varios días, los camiones no pudieron trasladarse hasta las fincas a buscar la leche, por los bloqueos y por lo tanto el producto se represó generando una interrupción en el ciclo de ordeño y de producción de las granjas.
Además, tampoco se pudo trasladar la leche que estaba en los centros de acopio hasta las plantas en la ciudad de Panamá y otras áreas desde Chiriquí, por los intensos bloqueos de las vías. Lo que generó a su vez que los centros de recepción se quedaran sin capacidad para volver a recibir, la nueva producción que con dificultad llegada de las fincas lecheras.
“En los primeros quince días de protestas, la leche se almacenó en los centros de acopio pero en la última semana ya no había capacidad y se comenzó a perder el producto hasta llegar a estos 1.5 millones de litros”, explica Julián Javier González, productor de leche de Chiriquí.
El resultado, miles de litros dañados, sin colocar y otros que iban en camino a las plantas, se dañaron porque se rompió la cadena de frío.
Esta semana cinco cisternas varadas en el distrito chiricano de Tolé tuvieron que abrir las llaves de los tanques y derramar la leche que estaba descompuesta por los días que duraron con el producto sin refrigeración y en condiciones adversas, algunas sin combustible para mantener la refrigeración.

leche dañada en cisternas debido a los bloqueos de vías. Cortesía.
González, productor de leche de Chiriquí, señala que restaurar toda la cadena de producción llevará más de un año.
Explicó que ante la falta de colocación de la producción, se vieron en la necesidad de sacar el ganado lechero y secarlo, término que se usa para describir que retiraron a las vacas del proceso de ordeño, incluso antes de tiempo. Y ahora tendrán que esperar al menos nueve meses, que es el período de gestación de la vaca, para que vuelvan a incorporarse a la línea de producción.
González advierte que además de las pérdidas por los bloqueos, está en riesgo el abastecimiento para los próximos meses de verano, al contar con menos rebaño productivo activo y porque no se han hecho los mantenimientos programados a las fincas.

Varias cisternas que estaban varadas en Tolé por los bloqueos de vías registraron la descomposición de la leche que debía haberse llevado a las plantas. Cortesía.
“Por esta época los ganaderos de leche nos preparamos, contratando personal adicional para mejorar la producción y hacer mantenimiento a las granjas y garantizar la producción en los meses de sequía, pero con esta situación no se podrá contratar a nadie”.
Dijo que son empleos que no se podrán generar porque muchos productores de leche no han recibido el pago semanal porque no han vendido el producto, han perdido miles de litros de leche y además tienen encima el compromiso de deudas con los bancos.
Señala que ha sido una verdadera tragedia que se ensañaran contra las zonas agrícolas y pecuarias del país.
Para los productores de leche, es legítima la protesta contra el contrato minero, pero de forma pacífica y no atentando contra la alimentación y el sustento de cientos de personas que viven de la ganadería de forma directa en indirecta.

Muchos productores optaron por liberar el ganado lechero y secarlo, porque no hay manera de garantizar que la leche ordeñada pueda ser enviada a los centros de acopio. Cortesía
La producción nacional de leche se estima en 180 millones de litros y el consumo se ubica en 120 litros por persona al año.
La provincia de Chiriquí produce el 85% de la leche Grado A que es la que se destina para la producción de leche fluida pasteurizada fresca y UHT. Se calcula que de tierras chiricanas salen al año 115 millones de litros.
“Cuando se llenaron los centros de acopio se dejaron de recibir 200 mil litros diarios en Chiriquí, que hasta la fecha suman más de 1.5 millones de litros perdidos”, agrega González.
A todo esto se suma también el temor porque la medida para paliar esta crisis de escasez que se generará, sea abrir las importaciones masivas de leche, y se dañe a la producción nacional.
“No se podrá controlar la entrada del producto extranjero y lo que puede pasar es que la producción nacional pierda importancia y mercado y además se genere una distorsión en los precios”, mencionó Venancio González Pinzón, presidente de la Asociación de productores de Ganado Lechero de Panamá, (Aprogalpa).
Cálculos de algunos productores estiman que para recuperar la cadena de producción láctea en Chiriquí se requerirán medidas de apoyo financiero por 20 millones de dólares, a lo que hay que sumar la necesidad de los productores del resto del país, de las provincias centrales y de Darién que requerirán 15 millones de dólares adicionales.

Más de 85% de la producción de leche grado A proviene de fincas ganaderas de Chiriquí. Cortesía.
Solo el costo de una vaca lechera de ganado puro europeo puede estar valorada en 2 mil dólares. Por cada litro de leche cruda grado A los productores reciben entre los 62 centavos hasta los 74 centavos de dólar por litro. incluido el incentivo gubernamental, y por el litro de leche grado C entre 50 y 55 centavos dependiendo de las queserías.
González Pinzón indicó que ni siquiera en la pandemia, que había cercos sanitarios y cuarentena, registraron tantas pérdidas y obstáculos como ahora para garantizar el abastecimiento de leche.
Recalcó que en la temporada de sequía disminuye en 20% la producción, pero ahora la caída puede ser mayor. “Puede llegar a caer 50% y con una caída de la producción, tenemos el caldo de cultivo perfecto para que entren las importaciones, por lo que a la aniquilación causada por los bloqueos, se sumará la pérdida del mercado si no tenemos presencia con producción local para atender el abastecimiento”.
El presidente de Aprogalpa indicó que la producción nacional normalmente abastece 50% del consumo. Una caída de la producción, los dejará fuera del mercado.
“Ya se ha generado una pérdida grande, no se ha podido pagar a los trabajadores, algunos incluso están pensando cambiar de rubro o incluso disminuir sus inversiones porque no sabemos cuándo terminará esto y si se volverá a repetir”.
El dirigente también teme que algunas empresas, lecherías y plantas de procesamiento al no contar con garantía de materia prima, no puedan seguir operando en el país bajo estas circunstancias.