La firma de Panamá (Indesa)

La firma de Panamá (Indesa)




El país, por fortuna, tiene instituciones que perduran en el tiempo, que trascienden generaciones. Es el caso de la firma Investigación y Desarrollo S. A. (Indesa), nacida en la capital hace 50 años, el 19 de septiembre de 1968. Especialista en proveer servicios de asesoría económica y financiera, esta firma ha acompañado a Panamá en las buenas y en las malas, con análisis y soluciones para sus clientes sobre la base de la independencia, lealtad y profesionalismo.

El primer jueves de cada mes, el sector corporativo celebra una especie de concilio. El encuentro dura toda la mañana y en él se abordan asuntos de impacto económico nacional, regional y global. Los expositores hablan en un tono familiar y a la vez preciso y tras sus presentaciones, por lo general de 45minutos, el hemiciclo interactúa conpreguntas y respuestas,  comentarios y reflexiones, a veces críticas. Es un auténtico ejercicio de la democracia.

La responsable de tamaña muestra dialéctica es la firma Indesa. Esta consultora realiza dichos encuentros desde 1982 paramedir, de paso, el palpitar de los líderes empresariales y saber hacia dónde dirigen sus empeños y la manera como responde la gente.

Y es el ciudadano de a pie, con sus decisiones soberanas, el que termina por rechazar o darles el visto bueno a los foros de Indesa.

Indesa nació de un acto de lealtad con el país. Resultó de la iniciativa, hace 50 años, de Guillermo Chapman, dedicado previamente a hacer asesorías en el Canal en las negociaciones precursoras del tratado Torrijos–Carter; Nicolás Ardito Barletta, asesor de planificación financiera de la Presidencia; y Eduardo Vallarino, ingeniero de la refinería Petrolera. Eran tres panameños en sus 30 años, quienes primero se habían graduado de profesiones liberales en encumbradas universidades de

Estados Unidos pero que regresaron al país con el objetivo de aportarle su vigor intelectual, más las ganas de poner en práctica lo aprendido en los sectores público y privado.

“Esta no es una forma de hacerse rico”, dejó dicho Guillermo Chapman hace una década, a propósito del ingreso en ese entonces de talento nuevo a la firma. El mensaje, que le sirve a cualquier empresa y es como un ‘iceberg’ por exhibir una sola octava de su grandeza, representa su valía total cuando el fundador agregó: “Afortunadamente he tenido la oportunidad de plantear y sugerir alternativas para el crecimiento económico del país, pues he podido participar en varios de los proyectos que están dando excelentes resultados en Panamá”.

Desde un principio, los fundadores cayeron en la cuenta de que las cosas nunca serían fáciles. Unas semanas más tarde ocurrió el golpe de Estado, el cual dejó a Panamá al acecho de una dictadura militar de 21 años. Pese a estos acontecimientos, la firma supo cumplir su cometido.  Se convirtió en el eje de varias de las iniciativas en las que reposa el bienestar del país.

Muchos de aquellos resultados, vale recordarlo, contaron con la capacidad profesional del economista José ‘Pepe’ Galán Ponce, socio de Indesa desde mediados de la década de 1970 hasta su deceso en 2006.

Enmedio de las incertidumbres políticas y sociales, la consultora participó en la elaboración de proyectos como el estudio de Vacamonte contratado por el Banco Mundial; en las proyecciones de tránsito de barcos para la Comisión del Canal de Panamá, en asocio con compañías navieras; y en la confección de la ley de intereses preferenciales de la industria de la construcción, entre otros.

En Indesa reposa tal vez una de las mayores muestras del ingenio empresarial panameño. La dictadura gastaba su sabiduría en restringir las garantías ciudadanas que siempre ponen en peligro a los regímenes totalitarios, es decir, las libertades de expresión, asociación y locomoción.

Aunque solo podían participar clientes de la firma, sus foros mensuales se fueron haciendo sospechosos para las autoridades, en particular en la segunda mitad de la década de 1980. La solución, simple, sagaz, consistió en grabar las exposiciones en casetes y repartirlas después entre los clientes.

Terminada la dictadura y restaurada la democracia, Indesa ganó relevancia en diversos ámbitos. Realizó la evaluación económica del retiro de las bases militares. Multiplicó sus participaciones en los sectores marítimo, portuario, comercial, agrícola y de infraestructuras.

Dio una muestra de ética cuando uno de los socios fundadores, Guillermo Chapman, ocupó el cargo de ministro de Economía, por lo cual la firma se abstuvo de firmar contratos con el gobierno de entonces.

Y en el cambio de siglo se hizo presente con la consultoría para el desarrollo del área especial Panamá Pacífico. Entonces el país empezó a cambiar su perfil por uno de mayor empuje económico. Tras la recesión de 2004, siguió un largo periodo de expansión empresarial sin precedentes en Panamá.

Ante esta realidad a la vuelta de la esquina, casi concomitante con el referendo aprobatorio de la ampliación del Canal y previamente a la emisión de la ley de Sede de Empresas Multinacionales y anterior a la rebaja absoluta de las tasas de interés por parte del Banco de la Reserva Federal, nació la división de Finanzas Corporativas, hoy Indesa Capital, Inc. Los integrantes de esta unidad, socios nuevos, son Felipe Chapman, Luis Navarro y Frederick Obediente.

“Esta área surgió como un complemento macro de la economía. Nos enfocamos más que nada en apoyar a las empresas en las decisiones de expansión de sus operaciones o cuando quieren buscar algún tipo de negocio complementario o que de alguna manera añada mayor valor a sus accionistas”, sintetiza Frederick Obediente respecto de la división inaugurada en 2005.

Sus perspectivas eran prometedoras ante un ciclo ininterrumpido de florecimiento económico de cerca de una década salvo en 2008. Aunque no por ello debían ser fáciles los esfuerzos de cualquier corporación afincada en el país para “levantar capital según las estrategias de expansión”, o en la labor de “conseguir nuevos socios dispuestos a aportar más capital”.

En este entorno cobró relevancia la nueva división de Indesa. Su rol se volvió clave en el proceso de darle valor a una empresa para tener un precio de referencia y poder hacerla atractiva ante nuevos inversionistas, o en caso contrario cuando uno de los socios quiera salir de ella o si desea poner más capital.

En este tipo de transacciones la consultora acredita ya más de 30 casos, y es posible que duplique la cifra en los próximos años con las transformaciones anunciadas en diferentes sectores económicos del país.

El éxito de las transacciones contiene el reto subsiguiente de saber diferenciar entre la familiaridad con los clientes y la independencia sobre la que reposa la reputación de la firma. Según Felipe Chapman, el mantener las debidas distancias los ha llevado a rechazar negocios o proyectos contrarios a sus principios. “A veces asumimos sacrificios de corto plazo. Pero en esas experiencias se tiene la meta de tener beneficios a mediano y largo plazo”.

Tal disciplina reputacional suele volverse una fuente de ventajas para los clientes. “Han entendido el valor que les podemos dar”. En este sentido, rememora Chapman, la firma los ha ayudado a atravesar situaciones difíciles, o transformar sus empresas, o crecer de manera importante, en ocasiones de forma inesperada.

La trayectoria profesional de décadas de Luis Navarro le agregó a la división de Finanzas Corporativas el sentido de la certeza en cuanto a las expectativas de las empresas frente a las exigencias de los bancos. “Mi experiencia previa radicó en banca corporativa, pero quería aprovechar la oportunidad de estar al otro lado y asesorar compañías que acuden al sector financiero, la gran mayoría de las veces en busca de los servicios bancarios”, comenta Navarro.

En la gestión descrita se vuelve esencial la función de la consultora respecto de sus clientes y la manera como deben satisfacer sus necesidades de endeudamiento, el tipo de deuda que deben adquirir y la sostenibilidad en los ciclos al alza y a la baja de la economía.

Fiel a un hábito que cumple 50 años, Indesa anticipa el comportamiento del mercado. Quiere izar nuevas velas. La firma incorporará socios estratégicos para posicionar servicios en formación educativa dirigida a reforzar el liderazgo empresarial, en la articulación de un ‘networking’ regional, en el acompañamiento de pequeñas y medianas empresas. Una nueva era que se antoja tan vibrante como lo fuera hace cinco décadas para tres jóvenes cuya iniciativa ayudó a edificar el país.

La firma de Panamá (Indesa)

La firma de Panamá (Indesa)

“Fue el fundador. Afortunadamente ha gozado de salud, tanto física, como mental y emocional. Está por cumplir 83 años de edad y va con completa regularidad a su despacho. Si bien es cierto que ya no gerencia el día a día de los negocios, porque de estas labores se encarga un equipo más joven, intelectualmente se mantiene muy vinculado a la empresa. Sus condiciones son fundamentales. En la firma, es un referente para nosotros: siempre que vamos a tomar decisiones clave, no dudamos en consultarlo”.